martes, 4 de septiembre de 2018

El extraño consenso mundial


Este mundo es una mierda, hace agua por donde quieras que lo mires, todo son problemas y conflictos: hambre, guerras, enfermedades, sequias, contaminación, corrupción, explotación y el largo etcétera que desees detallar. Pero ante semejante desastre existe un extraño y absurdo consenso mundial que dice: contengamos los problemas, en vez de proponer: solucionemos los problemas.

Así, para contener la huida hacia la salvación de los inmigrantes que escapan de guerras o del hambre, propone la construcción de muros y alambradas, la devolución en caliente de los náufragos, la financiación de campos de refugiados en países pobres, inestables o bajo regímenes dictatoriales o directamente criminales y, además propaga la peniafobia o miedo a los pobres; en vez de promover medidas contra los gobiernos en guerra y soluciones para el desarrollo de los países pobres, que sí existen.

Así, para contener el cambio climático, el aumento de la temperatura y el deshielo de los polos propone el negacionismo, moratorias al uso de fuentes energéticas sucias, gravámenes contra la autoproducción energética (como el impuesto al sol) el traslado de la responsabilidad a los países pobres y la caducidad programada de los productos; en vez de promover la economía circular, la substitución energética, la reducción de la producción y un impuesto ambiental real.

Así, para contener la exclusión social y la pobreza en los países desarrollados, publicita que los pobres son vagos o maleantes ajenos a los designios del Señor y propone míseras ayudas temporales que condenan a sus preceptores a vivir en vilo o padecer frío, déficit nutricional, ausencia de cuidado médico y los expone a desahucios y enfermedades mentales consecuencia de vivir con el miedo metido en el cuerpo a diario; en vez de promover una renta garantizada universal y un salario mínimo decente que evite la existencia de trabajadores pobres.

Así, para contener la corrupción y los abusos de posición, propone leyes repletas de vericuetos legales, sistemas judiciales lentos que permitan la caducidad de las causas, tribunales específicos atávicos y oscuros, una justicia ciega que sólo escucha a quien le suena más la cartera, sistemas de adjudicación pública opacos, premios al espabilado; en vez de promover sistemas eficientes y ágiles o normas sencillas sin especificidades.

Así, para contener el auge del fascismo, la intolerancia y la discriminación, propone permisividad con los violentos, fuck news y rumores infundados, subvenciones a grupos intolerantes si les bailan el agua y negacionismo; en vez de permisividad cero, defensa a ultranza de los derechos fundamentales y educación en la igualdad, el respeto y la tolerancia.

Ante este mundo de mierda, es extraño que tanta gente crea que no hay otra solución, que estamos mejor que nunca, que siempre fue así, que siempre ha habido ricos y pobres, que si no estás conmigo estás contra mí, que las cosas no pueden cambiar. Es extraño que haya más personas preocupadas por mantener lo poco, que confiadas en cambiar las cosas a mejor. Hay que reconocer el éxito de los lobos que consiguen mantener al rebaño atemorizado y obediente, que han enseñado a la vaca a ordeñarse sola, al cerdo a amputarse los jamones y a las ovejas a proteger sus privilegios y riquezas. Debe ser que nos hemos acostumbrado a elegir entre lo malo y lo peor, en vez de abrir nuevos caminos.