sábado, 26 de mayo de 2012

La victoria del salitre

“El salitre no tiene límites. Mucho menos compasión. Destruye las palmas, los cocoteros, cualquier árbol, el más robusto, con más eficacia que las ráfagas y los rayos de las tormentas. El salitre hace que la flor más bella se deshoje enseguida, como algo despreciable, sin la gracia de las flores desmayadas de los versos de Darío. Entra en la piedra de los edificios, la carcome. Carcome con más saña que los animales que han sido creados con esa única misión. Se mezcla con la brisa. Abre, por tanto, las puertas, destroza las ventanas, los goznes de las ventanas, que un día dejan de cerrarse y caen al pavimento carcomido. El salitre también se cuela en las aceras y en los pisos (aunque sea de mármol), los fuerza a perder el aspecto urbano y elaborado, y los convierte en pura piedra, arrecife. El salitre vuelve porosos los cristales y acaba con las fotografías, mejor aún si son de algún querido antepasado. Y despedaza los techos. Y si puede con las piedras, ¿cómo no va a conseguir que se doblegue el hombre que ha tallado las piedras? El salitre es una catástrofe que aguarda y no desespera. Carece de la fuerza dramática de ciclones y maremotos. Es por eso un portento aún más temible. El salitre puede devastar una ciudad. Sólo hacen falta años. No muchos. Y una gran resignación”. Ahora no es el salitre quien deshace lo que teníamos, quien corrompe y degrada las piedras y pilares, que con tanto esfuerzo, nos sostenían; pero lo hace gracias a nuestra resignación.
  
Prestado de Inventario secreto de La Habana, de Abilio Estévez.  

lunes, 21 de mayo de 2012

Minuto conoce a Cuentaatrás

Minuto, muerto de miedo, se sonroja cada vez que la ve pasar. Consciente que la oportunidad es fugaz, se paraliza cada vez que sus ojos se encuentran, la siente más próxima cada vez que ella le da la espalda y acelera su respiración a ver si la puede alcanzar. Minuto no puede esperar más:
10 Finalmente ella le sonríe, susurra a su oído promesas de una próxima entrega.
9   Su corazón estalla en su pecho, su imaginación vuela por encima de la realidad.
8   A los postres, se funden, se mezclan, se entregan.
7   Cierran los ojos fundidos en un abrazo sin fisura.
6   Se despiertan entre planes eternos.
5   Son sacudidos por la realidad y sus defectos.
4   Se reprochan.
3   Se perdonan y rebrotan.
2   Se multiplican.
1   Se silencian sus últimos latidos y Cuentaatrás llora su duelo.
0   Mientras nace un minuto nuevo, un nuevo tiempo entregado a la vida, justo heredero.

domingo, 13 de mayo de 2012

Hay dinero para Rato

Todos tranquilos, no os preocupéis, ya habéis visto, hay dinero para Rato. Así que no revoloteen, despejen las plazas, la mayoría de ustedes ya pueden volver silenciosamente a sus quehaceres. Nosotros nos ocupamos, como siempre, de estas minucias del gobierno general, para que ustedes pueden concentrar su atención en la formula 1, la copa de Europa y las olimpiadas.
No deben preocuparse de nada, sujetamos firmemente el timón y estamos enderezando el rumbo para salir del agujero donde nos habían metido. ¿No ven? En el último año la tasa de paro sólo se ha incrementado en 800.000 desempleados, y únicamente hemos desguazado la sanidad, la educación, la protección laboral y la cobertura social de los ciudadanos. Pecata minuta para poder continuar incrementando el sueldo de los ejecutivos que nos han llevado a todo esto.
Sólo algunos alborotan. Sólo unos pocos se quejan indignados. Sólo unos pocos se reúnen en las calles y acampan en las plazas, quizás porqué no ven suficientemente la tele y no están informados. Sólo unos pocos confunden las víctimas con los verdugos. Sólo unos pocos, quizás atemorizados por la negrura que amenaza en el horizonte, sueñan con despejar la incógnita que resuelve esta ecuación, en averiguar la combinación que nos permite abrir la puerta y escapar de este sistema maldito.
No son gente de bien, no son madres decentes, no son como mis hijos que ya han salido de este país abandonando la nave. Son vagos y maleantes que no quieren que les pidamos que sigan votando a los ladrones de siempre.