miércoles, 26 de diciembre de 2012

Nadal 2013

Como viene siendo costumbre, justo antes de que se nos deshilache el año, reservo con celo, a pesar de las prisas que impone esta vertiginosa cuenta atrás, cinco minutos de paz desde donde desearte que se te hagan realidad un montón de deseos y anhelos durante el próximo Año Nuevo que está a punto de comenzar.

Siempre rebusco entre todas esas pequeñas cosas que salen gratis y descuidamos: Paz, amor, solidaridad, alegría y rauxa para encarar estos días aciagos que nos toca atravesar. Y en especial, este año en que una pequeña novedad ha revuelto mi existencia y me ha vuelto más consciente y más ambicioso, te deseo, nos deseo:

Visión para inventarnos un plan para escapar siempre hacia adelante.
Gas para mantener siempre firme nuestra posición y reírnos en el intento.
Constància per ser el pare que volen les filles, que paga un vermú i defensa lo públic.
I ay! que Jean Luc ens ajudi a entendre el que jo no puc.

Brazos para tejer los abrazos que merece el vecino de al lado.
Valentía para sostener la mirada y señalar a los malos.
Lucida imaginación infantil para construir un mundo que, esta vez, sea posible.
Resistencia sin fisuras para frenar el avance de los hombres grises del lado oscuro.

Activo compromiso para resguardar la bondad y la belleza.
Tenacidad para cultivar en este yermo secano las sonrisas que iluminen los días.
Paciente cariño para comprender el sigiloso camino que conduce al rebaño.
Resistencia para seguir a los ñus por el desierto hasta los verdes prados.

Desbordante ilógica ilusión para empujar hacia el lado de los buenos.
Impertinente alegría para sostener los colores de los pétalos de las flores
Voz para crear sin pausa las palabras de los versos de tus canciones.
Malabarista esperanza para prometerles a los pequeños un lugar donde crecer.

Consciencia de que somos lo único importante.
Memoria para recordar los pasos que hemos andado desde el pasado.
Valentía torera para enfrentarnos a lo que nos pongan por delante.
Pasos para que nos busquen y nos amen.

jueves, 22 de noviembre de 2012

La virtud como defecto

A mi amigo, profesor de ética curtido en mil dialécticas, constante lector de diarios, con quien siempre jugué a analizar a los últimos simios, le temblaba la voz cuando su hijo pubescente le preguntó qué es la virtud.
Para mi sorpresa, en su respuesta, no recurrió a la versión aristotélica de la templanza, donde la virtud es la posición aconsejada para sostener a las pasiones entre el exceso y el defecto. Para mi perplejidad, no recurrió al catálogo teológico de las 7 cardinales: humildad, generosidad, paciencia, templaza, caridad, diligencia e, incluso, castidad, que aparecen, de uno u otro modo, reflejadas en todas las tradiciones de todos los vientos y los mares.
En cambio, tras un largo silencio manteniendo firme su mirada sobre la de su hijo y tragar saliva, le dijo:
-  La virtud es un anacronismo: En el pasado un punto donde llegar. Hoy, un defecto, que tenemos que evitar.
El joven y yo mismo, con la mandíbula inferior derrotada, mostramos nuestra sorpresa a la espera de una mayor explicación que incrementó nuestra perplejidad.
La virtud – nos comentó- es el defecto de los crédulos que creen en la actual bondad de los simios que nos rodean. Pero estamos en manos de unos gorilas que no aprecian más virtud que el poder, a los que todos rendimos pleitesía.
Son virtuosos los chinos que dominan el comercio mundial, poseen las reservas de divisas más importantes del mundo y compran vastas superficies del planeta en los cinco continentes, sosteniendo su crecimiento en equilibrio sobre el trabajo esclavo de su pueblo, niños incluidos.
Son virtuosos los rusos que condicionan la geopolítica internacional, defienden sangrientas dictaduras que masacran a sus pueblos, trafican con armas, drogas, influencias, mujeres para multiplicar el número de millonarios analfabetos que manejan este mundo.
Son virtuosos los saudís que desprecian a las mujeres que mantienen la creencias en las castas para reproducir los privilegios que les dan sus pozos crudos.
Son virtuosos los millonarios, los mercados, los especuladores que multiplican sin sentido los números que decoran sus cuentas corrientes y su insatisfacción, sin cuidado del dolor que generan sus acciones.
Son virtuosos los caudillos que gestionan lo público como si fueran sus cortijos y desvían hacia sus bolsillos privados los recursos que deben garantizar el bienestar de los suyos, sin que les tiemble la voz cuando pronuncian sus mentiras.
Si estos son los virtuosos, hijo mío, la virtud es un defecto. Si todo esto es cierto, hijo mío, la cautela, la paciencia y la templanza son defectos. Pues ante un mundo injusto sólo puede darse una virtud.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Razzias, saqueos y hombres de bien

En esencia, en el siglo XXI, los hombres son las mismas bestias bárbaras e inmisericordes que han sido desde los albores de la historia. Una minoría de ellos lleva un largo camino tortuoso y poco fructífero intentando hacer prevaler la humanidad a los instintos depredadores, sufriendo persecución y escarnio y con un éxito más que dudoso, que puede considerarse traición.
Desde tiempos inmemoriales los héroes, esgrimiendo buenas razones o la palabra del altísimo, han iniciado cruentas cruzadas, donde a sangre y fuego se han saqueado pueblos vecinos, se han esclavizado hombres y se han profanado mujeres y niños para gloria y honor de las patrias, los pendones y los honrados caballeros. En estas aventuras siempre ha habido tres partes, los que han sufrido, los que se han enriquecido y los que han mirado hacia otro lado aterridos por el miedo, convirtiéndose en indignos de llamarse hombres.
Las razzias siempre las padecen los otros: los bárbaros, los extranjeros, los enemigos, los infieles, los cerdos impuros, los diferentes. A estos, aparentemente similares a nosotros, la machacona máquina de la propaganda o la prédica desde los altares les ha negado nuestra misma condición humana para permitir su explotación, su esclavitud, su humillación, su saqueo, su exterminio. Así siempre, en todas las guerras (santas o no), en las cruzadas, en la colonización de todos las fronteras, en todas las guerras civiles o tribales, en el exterminio nazi, en los Balcanes.
Siempre con el mismo resultado, muertos olvidados, oprimidos salvajemente atropellados y hombres de bien ensalzados en los altares del honor y de la gloria, próceres que amasaron sus fortunas comerciando con esclavos, magnates que construyeron su apellidos sobre el expolio de los otros, vampiros depredadores de las riquezas de los asesinados, nuevos ricos expoliadores de las riquezas de lo común, sean tierras del pueblo, sean industrias públicas.
Y en la última década de nuestro S.XXI, gracias a la economía especulativa y la nueva crisis mundial, los hombres de éxito y bien están realizando un eficiente saqueo global sin mancharse la manos de sangre: La especulación con materias primas alimentarias generan hambrunas que matan directamente a miles de niños en las áreas productoras de alimentos. La especulación con derivados financieros y la titularización de cédulas hipotecarias ha desahuciado de sus hogares a miles de familias, no sin antes arrancarles a estas y sus redes sociales hasta su última reserva de ahorros; así como ha despojado de sus sudados ahorros a desprotegidos pensionistas. El fantasma de las necesidades del sistema para activar la economía y la lucha contra el demonio del déficit público les está permitiendo empobrecer a sus súbditos, reducir sus derechos, incrementar el peso de sus yugos y saquear la herencia de sus hijos que serán iletrados al carecer de educación de calidad y vivirán menos por carecer de sanidad pública.
Pero esta vez la razzia es de ellos contra nosotros, de los magnates y sus secuaces contra todos nosotros, pequeños peatones que pagamos los impuestos con los que se enriquecen. Y nuestros gobiernos, que no nos representan, nos engañan con sus trapos.

jueves, 1 de noviembre de 2012

¿Los ricos como fuente de riqueza?

La visión benevolente de la desigualdad económica se justifica en la idea de que las fuertes diferencias de renta y modo de vida proporciona a los individuos incentivos para su superación: Esforzarse para vivir tan bien como los ricos.
Esta visión de catequesis era la dominante cuando los economistas creían que únicamente los muy ricos ahorraban y que sin ellos no habría inversiones ni creación de riqueza. Pensaban que los trabajadores (los pobres) tendían a gastar todo lo que ganaban, pues siempre han tenido tendencia a estirar más el brazo que la manga, o siempre se les ha tenido en una situación límite que les lleva a fin de mes pendientes del ingreso de la nómina y suspirando para que no surja un imprevisto que no puedan afrontar, bien sea una reparación, bien sea una visita al médico. Los economistas clásicos, pensaban que si todo el mundo tuviera los mismo ingresos (relativamente) bajos, no habría ahorro, ni inversión, ni crecimiento económico; por lo que proclamaban que los ricos no eran importantes per sé, pero era primordial tenerlos por ahí para que ahorraran, aumentaran su capital y proporcionaran los recursos para alimentar la máquina del crecimiento económico. Se suponía que los ricos eran receptáculos para la individualización de los ahorros. No iban a gastar y disfrutar de su riqueza más que los demás, y por tanto todos los excedentes eran ahorrados e invertidos productivamente. Ignoraban estos teóricos bienpensantes el consumo suntuario, las adicciones y los productos especulativos de los últimos años, mucho más atractivo que la industria y sus escasos beneficios. Y lo llegaron a pensar de verdad y a píes juntillas.
No obstante, esta visión decimonónica del rico industrial paternalista prócer de la patria y adalid de la industria se ha reducido hoy a un manido cliché que sólo sirve para salvar algún culebrón de mediodía.
En el siglo XXI la inversión productiva que genera riqueza, empleo y multiplica las oportunidades puede financiarse a partir de los ahorros de la clase media y desarrollarse con los conocimientos y la emprendeduría de los peatones. Y, consecuentemente, el discurso machacón de la derechas y los teleteparties que justifica la reducción de impuestos para las fortunas no se sustenta en su necesidad para generar empleo, sino en la obstinada defensa de sus prebendas. La exención del IBI a la iglesia no genera empleo, la amnistía fiscal a los defraudadores no financia la administración pública, impuestos bajos o casi inexistentes a las grandes fortunas y sus sociedades diseñadas para evadirlos no tienen ninguna repercusión en el impulso de la economía productiva, sobre todo, en un país donde nuestra clase acomodada no ha sido nunca emprendedora, industrial e innovadora, sino rentista y parasita. La inyección de capital público (bien sea procedente del Banco Central Europeo o de las arcas del Estado) en los bancos mal gestionados y en quiebra no genera crédito ni al consumo, ni comercial.
Ninguna de estas medidas, que sólo hacen que los ricos paguen menos y expolian los bolsillos de los pobres para mantener sus privilegios, permitirán la salida de la crisis. Activar el consumo reduciendo el IVA, impidiendo los despidos, subvencionando la generación de empleo y haciendo que instituciones públicas de crédito hagan fluir crédito a las actividades productivas podrían ser una solución para muchos. Seguir por el camino iniciado significa subvencionar la vida regalada de las grandes fortunas ociosas, especuladoras y claramente inoperantes, adelgazar la clase media hasta su mínima expresión, negar las oportunidades a nuestro jóvenes mejor preparados, empobrecer a la clase trabajadora hasta niveles tercermundistas y hacer crecer una nueva clase de indigentes intocables sin derecho a los derechos fundamentales de nuestra carta magna.

domingo, 7 de octubre de 2012

Tarannà Tarantan-tá

Digo lo que digo. Y luego digo: No!
Todo lo que yo no veo, sólo lo veo yo.

Hago penitencia de algunos días feriados
y en verbena transforma los lunes más odiados.
La vida, pese a lo que digan, no es tan sencilla
porque lo que dicen que ha de estar arriba, lo encuentras boca abajo.

Hago de lo más sencillo, lo más complicado.
Y aunque el baño esté siempre al fondo a la derecha,
la salida siempre está donde menos te lo esperas.
Y no todo final es un buen principio.
 
Digo lo que digo. Y luego digo: No!
Todo lo que yo no veo, sólo lo veo yo.
 
La gente que más conoces es la única que te sorprende.
Tu opinión muda en función de si eres juez o parte.
Sólo crees que es importante lo que no tienes.
Todo cambia de nombre cuando te pertenece.

Siempre quiero, al tiempo, replicar en misa y dar la campanada,
porque a quien amanece temprano, buena sombra le cobija,
y me pregunto con quien ando para saber quien soy,
pero a todas mis preguntas me respondo que sólo sé que no sé nada,
hasta que lo leo en la presa por la mañana.

Digo lo que digo. Y luego digo: No!
Todo lo que yo no veo, sólo lo veo yo.
Y a pesar de tanto cambio y tanta contradicción
Seguir siendo el mismo es mi perdición.

domingo, 16 de septiembre de 2012

la llum mandrosa

Entre els dies laborables que em deixo embrutar,
amb preses, angoixes, tensions i rutines,
en mig de l’anar i venir sense sentir,
de la dedicació cega a allò més prescindible,
de nedar sacsejat en mig del remoli de les obligacions,
que em lliguen, em paralitzen i em desmembren,
al ben mig de l’angoixa per arribar sà i estalvi a fi de mes,
de tant en tant,
i, només, de tant en tant,
just a primera hora del matí,
giro el cap i m’adono que la llum segueix allí,
brillant,
sobre el desordre dels llençols del meu llit.
 
Somrient mandrosa,
Indicant-me el camí,
accentuant la importància d’allò petit que ens dóna sentit
el joc,
el riure,
el foc,
el viure.

martes, 11 de septiembre de 2012

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Niños de la cuesta arriba

Como alienígenas recién llegados, con sus ojos abiertos como platos, miran, pero no entienden nada de lo que está pasando, y al tiempo todo les parece la mar de normal, pues no tienen donde comparar.
Flexibles como juncos, se hacen a los NO con que les responden sus padres (como antaño) a sus incasables demandas de una chuche más desde sus bolsillos vueltos.
Los niños chicos se hacen transparentes, gaseosos, silenciosos y caminan como pequeños espectros evitando los nervios, las crisis, los enfados de sus progenitores que sobreviven en el alambre, estirando los euros, apretando los dientes, cerrando los puños.
Los niños chicos se hacen a vivir hacinados compartiendo una única habitación con toda la familia e, incluso, encuentran en este tumulto atávico que tiene algo de gruta tribal ventaja de proximidad, hasta que escuchas sorprendidos los relatos de sus compañeros sobre sus propios cuartos como se si tratase de territorios mitológicos.
A lo que no terminan de hacerse los niños chicos es al hambre, a los días en que los vienen a despertar tarde para descuidar el desayuno, al plato tristemente lleno de patatas transparentes, a la cena testimonial y recortada. Por lo que, durante todo el verano, recuerdan con añoranza de jugo gástrico desatado los menús escolares a base de macarrones, palitos de merluza y manzana Golden, pues ignoran que han perdido para el próximo curso la beca de comedor y deberán esquivar los meses con quijotesca hidalguía de rocín flaco.
Los niños chicos no saben por donde amanecerá mañana, pero sueñan todas las noches con una sonrisa bailando en la cara de sus siempre preocupados papás.

martes, 21 de agosto de 2012

La vida inalterable

“El número de vidas que entran en la vida de uno es incalculable”, me dice Berger.
Muchas son las que se cruzan menos las que permanecen, aunque saber distinguir entre las unas y las otras es harina de otro costal. Podemos poner la mano en el fuego jurando que no olvidaremos su rostro jamás, para poco después extraviar en la punta de la lengua su nombre tan trascendente. Transitar por bastas singladuras sin recordar la latitud de su puerto, hasta que de repente, embarrancamos de nuevo en su recuerdo y atesoramos las enseñanzas que nos provocaron sus días o sus ausencias.
Y eso que “no nos damos cuenta de que a cada instante se para, se muere un pasado irrecuperable”, me dice Habral. Y caminamos inconscientes de nuestros asesinatos, ajenos a nuestros desperdicios, pues cada vez que elegimos, renunciamos a un número inabarcable de vidas que ya nunca serán, durmientes aletargadas en el país de nunca jamás, donde sólo los necios y los cobardes querrán visitarlas cada vez que se vuelven a lamer las heridas de sus últimos fracasos.
Bajito, les contestó que la vida es implacable, a pesar de nuestro deseo de derrota se empeña en vivirnos, a pesar de nuestra expresa renuncia nos impone mil nuevas vidas gratis, a pesar de encogernos en la noche nos impone más vida felina, hasta casi obligarnos a la primavera.
Y ya en voz más alta, les digo que la vida es inquebrantable a pesar de nosotros. Enemigo que no has de vencer. Únete: recoge los regalos encontrados en los cruces con otras vidas, agradece el olvido, celebra el recuerdo recuperado, ajeno a lo perdido, disfruta de lo encontrado, vive todas y cada una de las vidas. De a una y de a poco. A granel y con ansia hasta la muerte, que también es vida.

martes, 7 de agosto de 2012

El hambre y los perros

El hambre: Fuertes jóvenes con viajes sorprendentes sobre sus espaldas compitiendo por la chatarra abandonada. Sufridas amas de casa hurgando entre los productos desechados en los contenedores de basura de los supermercados. Honestos trabajadores de edad provecta plegando sus pocos enseres en los refugios que conceden los cajeros automáticos antes de enfrentarse a la noche. Ancianos obligados al dilema de optar entre comprar todos los medicamentos que les receptan o encender la calefacción. Hospitales ante la diatriba de despedir empleados, cerrar quirófanos, aplazar intervenciones o mantener el juramento hipocrático. Centros asistenciales negando el salario a sus trabajadores para atender a nuestros ancianos, dependientes o menores tutelados. Niños que no hacen una sola comida suficiente al día de vacaciones del comedor escolar. Padres obligados a elegir entre pagar el alquiler o la hipoteca de su hogar o la comida de su familia. Cola continuamente creciente ante los bancos de alimentos básicos. Insuficiente caridad para tanto olvido. Recortes en el presupuesto existente para tanta necesidad.
El hambre haciéndose grande, el hambre llegando a todos los rincones, el hambre enseñándonos los dientes, el hambre tranquila esperando nuevos tiernos clientes. El miedo al hambre, el hambre persiguiéndonos a todos y devorando a los más débiles. El hambre riendo ante nuestros propios dientes. El hambre muerto de risa. El hambre desnudándonos de humanidad. El hambre frente al hombre.

Los perros: Bajo el sol de injusticia, los perros gruñen. Encadenados o no, enseñan sus dientes sudorosos, amedrentan a los huérfanos. Tanto da sean perros adiestrados o salvajes perros, todos ordenan el tráfico y alinean a todos junto al paredón.
Burócratas creyentes que deciden recortar el acceso a la salud, encarecer los medicamentos y productos de primera necesidad. Policías bien pertrechados que golpean adolescentes y ancianitas que podrías ser de su propia familia porque protestan ante tanta sinrazón. Políticos maniatados que eligen recortar las pensiones de los más vulnerables, la financiación de los hospitales, la dotación de las escuelas, la cultura. Especuladores. Desaprensivos que sacan benefició en el río revuelto. Banqueros refinanciando muertos, exprimiendo pobres, desahuciando miedos. Mercados esponjosos y babeantes succionando toda riqueza, secando la vida de sobre nuestras pieles.
Perros bien adiestrados de afilados dientes. Perros que muerden ciegamente a diestro y siniestros por menos de una palmadita en la espalda. Perros condicionados sin conocer a Paulov. Tan solo perros.
Perros vocacionales nacidos hombres. Unos pocos perros hechos por el hambre. Muchos perros hechos a si mismos, encerrados en una ciega carrera de galgos donde hace tanto tiempo que desapareció la liebre.

viernes, 27 de julio de 2012

Virtudes menudas

La niña sisa las vueltas a la abuela cuando va a comprar el pan. Los niños se chivan a la profa. Maruja se cuela en la parada de la fruta y el desempleado en el metro. Los jubilados desde su banco miran con lascivia el pliegue de las faldas de las chiquillas mientras mantienen en blanco sus conversaciones. Las abuelas se hacen trampas al bingo disputándose una estampilla del santo del día. El cívico amigo de los animales olvida recoger el regalito de su buldog en medio de la vía pública si ningún vecino lo vigila. La mujer de la limpieza distrae material escolar para sus chiquillos, cuando el empleado de la empresa entretiene su tiempo llamando a cuenta de la empresa a su cuñada de Lugo o chateando por Facebook con una aburrida ama de casa a quien ya no le enciende su marido. El presidente de la comunidad de vecinos se embolsa el 5% de las obras de rehabilitación del terrado si se lo encarga a un conocido del bar especialista en hacer obras sin permiso del ayuntamiento. El reputado profesor de derecho romano circula a 160 km por hora de media por las carreteras comarcales armado con un detector de radares. La estirada feligresa de misa diaria solicita todas las facturas de la redecoración de su piso sin IVA y financia el aborto de su ahijada lejos de los ojos de las censoras del café Maurí. Los exigentes profesionales liberales se imputan como gasto de oficina las comidas de su hijo en Londres, las copas en las barras americanas y el iPad de la niña mientras que incrementan su contabilidad en B. El pagés especializado en duelos y quebrantos guarda bajo un ladrillo lo que ha levantado a Europa en subvenciones mientras solicita la denominación de origen del burrito sabanero.
Virtudes menudas de una inteligencia práctica imprescindible para atravesar esta espesa jungla nacional. Todos coinciden en el uso de una doble vara de medir: exigiendo a los demás el cumplimiento estricto de las normas, sacando el provecho de los márgenes de la legalidad en beneficio propio.
No debe extrañar que en este saco de pulgas se mire mal a la manzana sana y se elogie la astucia del que saca más provecho del bolsillo ajeno.
No debe sorprendernos que cuando la tentación es más grande nuestra habilidad nos permita un mayor virtuosismo: Pagar a nuestros empleados sin contrato al menos una parte en negro. Importar piezas de contrabando que se saltan los controles de calidad. Ir al jefe con el cuento. Cobrar por asesorar a la empresa sobre eres y erre que erre. Publicitar productos que no sirven para nada pero que se vuelven imprescindibles. Imponer a los pubescentes modelos anoréxicos, sexo mecánico y autoestima por debajo de cero en la programación infantil. Introducir productos que producen cáncer, diabetes o soriasis. Comercializar productos que dicen que combaten el cáncer, la diabetes o la soriasis sin resultado clínico probado. Colocar preferentes a abuelitos confiados o con las facultades plenamente mermadas. Enchufar a la prima sin riesgo como asesora en el ayuntamiento sin títulos ni presentaciones. Pagar nuestros vicios privados con fondos públicos. Mentir para beneficiar el negocio de un amigo que nos devolverá un favor. Prevaricar o indultar para garantizarnos una jubilación dorada. Importar armas a países en conflicto bajo el eufemismo de ayuda al desarrollo. Mirar en dirección contraria ante la trata de blancas. Encarecer la educación a los chicos de los barrios obreros, no vaya a ser que uno pueda sobrevivir a un hogar desestructurado y convertirse en un genio. Malbaratar el ecosistema y la biodiversidad a cambio del amarre de un yate. Especular con las reservas de alimentos produciendo hambrunas criminales. Invertir el principio de robin hood y, siguiendo los criterios de los expertos económicos, expoliar a los pobres para engordar la gota de los ricos. Cambiar la substancia de la democracia hasta hacer que parezca un cercado para ovejas. Y algunas cosas que no soy capaz de describir y otras que ni me atrevo a imaginar.  
Menudas virtudes de las inteligencias más prácticas de las alimañas que mejor  se desenvuelven en esta espesa jungla nacional donde quieren hacer pervivir el derecho natural donde prevalece sino el más fuerte el menos remilgado.  
No debe extrañar que en este saco de pulgas se mire mal a la manzana sana y se elogie la astucia del que saca más provecho del bolsillo ajeno. Total, todos coinciden en el uso de una doble vara de medir: exigiendo a los demás el cumplimiento estricto de las normas, sacando el provecho de los márgenes de la legalidad en beneficio propio.

domingo, 15 de julio de 2012

La velocidad

Vengo de cruzar una basta tierra donde las personas no corren y mecidas entre el amanecer y el atardecer existen densamente. Acompasan sus movimientos a la música leve que desprende el paso de las horas. En esas tierras no han olvidado a acompasar su respiración al crecimiento de la hierba, sus pasos los latidos de la cebada y la vid.
Vengo de cruzar una basta extensión de tierra donde las personas recuerdan que el trabajo es un castigo injusto y rehúyen de su exceso. Una tierra por donde se entrelazan laberínticas calles enemistadas con los automóviles y se abren plazas llenas de esquinas donde es imposible evitar las conversaciones más banales.
Vengo de cruzar un tierra donde lo que sobra es el tiempo y se eluden las obligaciones artificiales. Donde se avance despacio y no se retrocede ni un solo paso. Donde jugar con los cachorros es el único deber sagrado, donde hablar/criticar a los vecinos es un arte. Donde con paciencia se ha encontrado el tiempo necesario para extraer el néctar a los cereales.
Los pasos que he necesitado para cubrir tan basta extensión me han recordado que no todos corren, que mi velocidad y mi carrera no es una condena, sino una elección, que puedo aminorar mi marcha. Y he decidido desacelerar.
Ahora, que he regresado ha esta pequeña isla de locos velocípedos/velocepatas, he decidido recordar el ritmo con el que crece la hierba, aislarme de su inercia, preservarme de su locura. Respirar. Y en cada respiración, pensar. Ahorrar mi tiempo para las cosas que merecen la pena: nosotros. No ellos.

martes, 26 de junio de 2012

Cuando fuimos eternos

Entonces,
cuando fuimos eternos, dejábamos pasar el tiempo holgadamente.
Nada nos apresuraba, pues el presente era extenso y teníamos el tiempo y la intención para visitar todos sus rincones y aristas, para lamer todos sus matices.
Nada nos empujaba, pues el pasado era frágil e incipiente como esqueje recién plantado.
Nada nos esperaba impacientemente, pues el futuro era una entelequia que aguardaba nuestros éxitos.

cuando fuimos eternos, retozábamos en nuestro ombligos sin miedo alguno.
Jóvenes holgazanes sin prisas ni responsabilidades.
Soñadores indestructibles con hambre suficiente para devorar el mundo o ponerlo del revés.
Participes de la substancia de los dioses.
Ajenos aún a la rutina, los límites, las obligaciones, los condicionantes impuestos por nuestros fracasos.

Recuerdo,
cuando fuimos eternos y no teníamos miedo, que sentí sus risas y bebí tus besos.
Subimos los peldaños que nos construyeron como hombres.
Soñamos las imágenes que nos marcan el camino hacia delante, siempre hacia delante
Cantamos los versos que nos recuerdan quienes somos, lo que no podemos renunciar.

Pienso,
que aún somos eternos, aún invencibles, aún vivos, aún hambrientos
y lo reconozco en los ojos de los mismos cuando nos reunimos.

sábado, 16 de junio de 2012

El rescate de los lobos

Pequeño saltamontes, escucha: Lo que ves, lo que escuchas oculta la verdadera esencia de las cosas. La apariencia es sólo un envoltorio colorido para una realidad gris y roja, sucia y sangrienta; así como la democracia es un escenario de cartón-piedra que permite a la experta cleptocracia hacer y deshacer a su antojo mientras el ganado permanece dormido o narcotizado.
Crece saltamontes, observa: Como los directivos de las compañías anónimas no trabajan en beneficio de sus accionistas desconocidos, los gobernantes de las diferentes administraciones no miran por los derechos e intereses de sus votantes. Como lo iban hacer, pequeño insecto, si los unos no coinciden jamás con los otros, los desconocen, los aborrecen y incluso los temen.
Reflexiona saltamontes: No son gente normal como tu y yo, no viajan en los mismos trenes, no comen en los mismos sitios, no llevan a sus hijos a los mismos colegios, no son atendidos por los mismos médicos, no dependerán de las mismas pensiones y no están atemorizados por cómo llegar a fin de mes.
Saltamontes: Es una entelequia que exijamos a los Reyes que cuiden de sus peones en tiempos normales. Mucho menos en estos tiempos, cuando tocan arrebato y hemos sacudido la lona pidiendo el rescate, esperar que las ratas sean las últimas en abandonar el barco.
Pero, Saltamontes, si alguien queda que se cree aún las mentiras de Pepito Grillo debes decirles que los hombres de negro no guardan ni una sola semejanza con las maternales vigilantes de la playa. Y además de vigilar las trampas al solitario que se ha venido haciendo la banca, exigirán al tomador del préstamo de 100.000 millones de euros (el Reino de España) como el Sol a Moctezuma el sacrificio humano: incremento del IVA, reducción de empleos y salarios públicos, menos gasto social, más venta de empresas patrimoniales. Porque al igual que el supervisor de la banca ha sido el banquero. El supervisor del rescate son los buitres de negro a sueldo de los Mercados que sólo quieren más sangre, aún aplicando por extenso la reconocida generosidad de las zorras entre las gallinas y las lobas entre los corderos.

sábado, 9 de junio de 2012

En estiu, les filles follen

Quan arriba l’estiu,
els ocells nouvinguts busquen el fresc sota el aler del nostre balcó fent un xivarri de collons,
els cargols, ja ho diu l’Armengol, treuen les banyes al primer bri de Sol,
les granotes, desafinant desafiadores, per les rames canten a crits,
... i mare durant la primera tarda de calor, les filles follen, per primera vegada ... o no.

Quan és estiu,
l’escarabat, gens piloter, per als seus fills tot rodolant crea un planeta en un instant,
els borinots, tot brunzeixant, de flor en flor, preserven la vida del meu pati interior,
els peixos, nedant contracorrent, pugen esquivant els hams per fresar,
... i mare, si tenen sort, les filles follen sempre que es pot.

Quan sembla estiu, però no és,
els nens es gronxen, i amunt i a dalt, sacsegen sas neurones fins imaginar impossibles,
la canalla, ballant darrera les batucades, prenen els carrers, omplen les places,
i els crits d’uns i els cants dels altres desperten els nostres resignats cadàvers,
... i mare, les filles follen, i sinó amb sas alades mans imaginen que els prenen el cor en les acampades.
 
I em ple hivern, sota el glaç no s’imagina el Sol,
la terra gebrada, només sembla morta,                                                                                     
els ocells absents, no alegren altres balcons,
els nens muts i a la gàbia, esperant al timbre que els retorna a la vida,
... i mare, les filles follen o tot és enyor

sábado, 26 de mayo de 2012

La victoria del salitre

“El salitre no tiene límites. Mucho menos compasión. Destruye las palmas, los cocoteros, cualquier árbol, el más robusto, con más eficacia que las ráfagas y los rayos de las tormentas. El salitre hace que la flor más bella se deshoje enseguida, como algo despreciable, sin la gracia de las flores desmayadas de los versos de Darío. Entra en la piedra de los edificios, la carcome. Carcome con más saña que los animales que han sido creados con esa única misión. Se mezcla con la brisa. Abre, por tanto, las puertas, destroza las ventanas, los goznes de las ventanas, que un día dejan de cerrarse y caen al pavimento carcomido. El salitre también se cuela en las aceras y en los pisos (aunque sea de mármol), los fuerza a perder el aspecto urbano y elaborado, y los convierte en pura piedra, arrecife. El salitre vuelve porosos los cristales y acaba con las fotografías, mejor aún si son de algún querido antepasado. Y despedaza los techos. Y si puede con las piedras, ¿cómo no va a conseguir que se doblegue el hombre que ha tallado las piedras? El salitre es una catástrofe que aguarda y no desespera. Carece de la fuerza dramática de ciclones y maremotos. Es por eso un portento aún más temible. El salitre puede devastar una ciudad. Sólo hacen falta años. No muchos. Y una gran resignación”. Ahora no es el salitre quien deshace lo que teníamos, quien corrompe y degrada las piedras y pilares, que con tanto esfuerzo, nos sostenían; pero lo hace gracias a nuestra resignación.
  
Prestado de Inventario secreto de La Habana, de Abilio Estévez.  

lunes, 21 de mayo de 2012

Minuto conoce a Cuentaatrás

Minuto, muerto de miedo, se sonroja cada vez que la ve pasar. Consciente que la oportunidad es fugaz, se paraliza cada vez que sus ojos se encuentran, la siente más próxima cada vez que ella le da la espalda y acelera su respiración a ver si la puede alcanzar. Minuto no puede esperar más:
10 Finalmente ella le sonríe, susurra a su oído promesas de una próxima entrega.
9   Su corazón estalla en su pecho, su imaginación vuela por encima de la realidad.
8   A los postres, se funden, se mezclan, se entregan.
7   Cierran los ojos fundidos en un abrazo sin fisura.
6   Se despiertan entre planes eternos.
5   Son sacudidos por la realidad y sus defectos.
4   Se reprochan.
3   Se perdonan y rebrotan.
2   Se multiplican.
1   Se silencian sus últimos latidos y Cuentaatrás llora su duelo.
0   Mientras nace un minuto nuevo, un nuevo tiempo entregado a la vida, justo heredero.

domingo, 13 de mayo de 2012

Hay dinero para Rato

Todos tranquilos, no os preocupéis, ya habéis visto, hay dinero para Rato. Así que no revoloteen, despejen las plazas, la mayoría de ustedes ya pueden volver silenciosamente a sus quehaceres. Nosotros nos ocupamos, como siempre, de estas minucias del gobierno general, para que ustedes pueden concentrar su atención en la formula 1, la copa de Europa y las olimpiadas.
No deben preocuparse de nada, sujetamos firmemente el timón y estamos enderezando el rumbo para salir del agujero donde nos habían metido. ¿No ven? En el último año la tasa de paro sólo se ha incrementado en 800.000 desempleados, y únicamente hemos desguazado la sanidad, la educación, la protección laboral y la cobertura social de los ciudadanos. Pecata minuta para poder continuar incrementando el sueldo de los ejecutivos que nos han llevado a todo esto.
Sólo algunos alborotan. Sólo unos pocos se quejan indignados. Sólo unos pocos se reúnen en las calles y acampan en las plazas, quizás porqué no ven suficientemente la tele y no están informados. Sólo unos pocos confunden las víctimas con los verdugos. Sólo unos pocos, quizás atemorizados por la negrura que amenaza en el horizonte, sueñan con despejar la incógnita que resuelve esta ecuación, en averiguar la combinación que nos permite abrir la puerta y escapar de este sistema maldito.
No son gente de bien, no son madres decentes, no son como mis hijos que ya han salido de este país abandonando la nave. Son vagos y maleantes que no quieren que les pidamos que sigan votando a los ladrones de siempre.

lunes, 30 de abril de 2012

Cerrojos y cancelas

Extremo celo tiene el pastor cuando escucha los gritos anunciando que viene el lobo y presto reúne y pone a buen recaudo al rebaño en cobertizo o vallado. Mima su negocio en todo momento el hacendado tendero no quitando ojo de caja y inventario para que sus empleados no le distraigan el género ni equivoquen el cambio. Desvelos invierte el cabeza de familia para cuidar con extremado cuidado a la chavalería traviesa por naturaleza, y así vigila a quien se arriman sus chiquillos porqué las malas compañías tuercen la vara más enderezada, porqué las ideas peregrinas y nuevas malbaratan la carrera del primero y lo lleva por las curvas de los atolladeros.
En cambio, quien con tanto esfuerzo cuida de rebaño animal, engorda negocio propio o se desvive por levantar una familia de orden, descuida habitualmente la retaguardia y renuncia a tener presente que las más de las veces el mal ya esta dentro, proviene de casa y pudre el resto del cesto.
Así nuestros entregados mandatarios, temerosos de los disturbios que los jóvenes puedan hacer en sus protestas por otro mundo posible y al menos un futuro probable, cierran las fronteras suspendiendo temporalmente el tratado de Schengen y la legalidad vigente; sin tener presente que esos mismos días pondrán cubiertos en sus mesas a los culpables de la angustia y la miseria, a los que dictan y recetan pobreza para los muchos para inocular la garantía de la riqueza en el bolsillos de los pocos.

sábado, 21 de abril de 2012

Circo y poco pan

La CIUDAD, en mayúsculas, asediada por los Bárbaros se tambalea sobre sus cimientos resquebrajados. Las intrigas palaciegas, la mezquindad de sus gobernantes, la avaricia de los prohombres con gula de más riquezas que no saben donde acumular esta ahogando al pueblo esclavizado. El crédito de prelados y patricios no fluye, porque unos no se fían de las arcas de los otros, se tambalean los negocios y se deja de roturar bosques y labrar campos, mientras se somete a las hordas de plebeyos a la hambruna. Oscuros laúdes tañen a revuelta. Pero el Circo consigue durante un instante que la ciudad eterna se convierta en una balsa de aceite, se uspende el hambre con el reparto de pan, se canalizan las furias hacia la sangre que se derramará en la arena, se focaliza la esperanza en la salvación de nuestro campeón entre todos los gladiadores. Rugirá el pueblo condenando al perdedor a la muerte. Y mañana los pretores todavía podrán esquilmarles nuevos sertercios con nuevos tributos injustos, siempre y cuando los mantengamos embrutecidos por la sangre que desgarran las fieras sobre los cristianos, por los cruentos combates a muerte.
La ciudad, con minúsculas, asediada por los recortes con que nos insultan los bárbaros gobernantes tiembla sobre la penuria que inflinge la crisis económica más dura jamás recordada,
sobre el dolor de los extenuados que arrastran la humillación del paro durante años, la injusticia del desahucio. El famélico estado del bienestar se tambalea, pero no importa mientras se aproxima un nuevo clásico.
Porque el circo consigue que durante meses las mentes de los logotomizados miren hacia otro lado, como si las victorias de los acaudalados futbolistas tuvieran algo que ver con sus tristes vidas, sus negras derrotas, sus tristes suertes. Y mientras dura, se ríen a mandíbula batiente los sátrapas que nos exprimen, sin explicarse como no ruge la marabunta.

viernes, 6 de abril de 2012

En cumplimiento del deber

Nada más nacer, la comadrona eficiente golpea las nalgas del recién nacido para arrancarle el
llanto sin dejar lugar a una espera. Y a partir de ese momento y hasta el fin de nuestros días el deber de los demás cercena nuestros anhelos, sueños y derechos.

La profesora vocacional prohíbe a los párvulos levantarse de su pupitre para perseguir en juegos el revoloteo de las mariposas.
El recto progenitor deja sin cena, paga o internet al pubescente respondón que no acepta una prohibición sin la correspondiente explicación.
El agente del orden diligente golpea con saña al bachiller que mal se defiende de sus acometidas con su libro de ejercicios de inglés en el transcurso de una protesta en defensa de la educación.
Y el puntual reloj de la oficina pone fin a todos los bailes y las verbenas del verano.

El cura párroco niega la comunión al joven divorciado, a la mujer que ejerce su decisión o al teólogo de la liberación, al tiempo que pasea bajo palio al corrupto dictador.
El provecto patrón extingue el contrato al obrero legalista que solicita el cumplimiento de las medidas de seguridad en su puesto de trabajo, un trato correcto, salir a su horario, o que dejen tranquilo su trasero.
El abogado renombrado defiende al traficante, al proxeneta, al prevaricador y hasta al mismísimo diablo con ahínco proporcionado al dispendio monetario.
Y el pródigo banquero desaparece los ahorros del pensionista y la viuda, al tiempo que desahucia a los jóvenes hipotecados y santos padres avalistas.

El político a la patria entregado solicita el aumento de las penas para quienes provocan desafueros durante las pacíficas propuestas ante el recorte de sus derechos, anuncian la violación del santo correo como medida de prevención, al tiempo que piden prisión para los vagos y maleantes por posibles delitos futuros que pudiesen cometer.
El sacrificado político al tiempo privatiza desde la educación al agua, otorga a los amigos contratas, y amnistía a los que hacienda defraudan.
Mientras que el juez togado encarcela al humilde ladrón de a diario y exculpa al profesional del hurto millonario.

Todos estos sinsentidos al humano ya no parecen raros. Así cuando envejece, ni se sorprende ni se queja cuando extiende su dolor el cirujano, ni devora sus entrañas el gusano.

miércoles, 28 de marzo de 2012

La familia y uno más

Come back home: La puñetera crisis económica está reafirmando los lazos de sangre.
Primero, el número de divorcios se redujo a la máxima expresión, no porque se refuerce el amor a base de una dieta de contigo pan y cebolla, sino porque la falta de ingresos impide las separaciones y la hipoteca liga más que una soga al cuello; provocando civilizadas uniones de parejas que se detestaron.
Pero más importante aún: es la familia tradicional la que está salvando el país. Sólo la solidaridad familiar permite a un país con cinco millones de arados mantener la paz social, la pobreza en el dintel de la entrada y los estómagos sino ahítos, al menos calmados. Cuando son tan numerosos los hogares donde todos sus miembros están en paro desde hace demasiado tiempo, son los trasvases de capital de padres a hijos, de suegras a yernos, de hermano a hermano los que mantienen a raya el miedo al hambre y al desahucio, aunque sea a costa de dejar vacíos hasta los bolsillos de los primos terceros.
En esta península ya hay 300.000 familias rodeadas de agua por todos los lados menos uno, donde nadie trabaja y sobreviven de la pensión de un abuelo jubilado. Un yayo que si en un
primer momento se alegró al verse acompañado en sus años marchitos, en seguida se vio envuelto en un estrés innecesario, disputas domésticas y un presupuesto familiar que debe estirarse más que un chicle para alimentar tanta boca y tanto deseo frustrado. Un anciano melancólico que suspira por su retiro dorado, ahora tan alejado.
Los jóvenes derrotados llevan meses regresando al hogar paternal con el rabo entre las piernas y las orejas gachas. Muchos de ellos acostumbrados a ostentar marcas, coches tuneados, el último Gadget tecnológico y a despilfarrar salarios de la construcción sin ninguna atención poseen la empleabilidad de una ostra. Y han de volver a pedir la paga para tomar la caña en el bar de la esquina.
Pero peor lo tienen los padres que caen con todo el equipo en la casa del abuelo, donde se hace el
tetris para encajar tanto cuerpo en tan poca cama. Ellos deben volver a someterse a la autoridad paterna, al tiempo que se las ven y se las desean para componer una imagen digna que reflejar sobre sus propios vástagos.
La familia mediterránea es el único colchón que está retardando la revuelta en este país donde se recortan las pirmis y desaparecen las ayudas a la dependencia. Pero no se sabe hasta cuando.
En este país, los abuelos, cuando se quedan solos, mecen sus nevadas testas preocupadas, mientras se preguntan donde quedaron sus sueños de progreso, para que sirvieron sus esfuerzos, cuando se despilfarró sus sacrificios para darles a sus hijos lo que ellos no tuvieron, donde quedó olvidado su sudor y su lucha. Y a las abuelas, cuando recogen en sus regazos a los más pequeños, se les humedecen los ojos porque sólo les auguran un futuro aciago de trabajador sin derechos, de trabajador amarillo. Y a los unos y las otras les escuchas maldecir en voz baja cuando arrastran sus zapatillas por los pasillos y mentar a las madres o a los muertos de tanto delincuente como anda suelto y que se hace rico a costa de la penuria de sus hijos.
Home sweet home.

sábado, 24 de marzo de 2012

La elección de la ceguera

Distraído o imperfecto atraviesa el peatón la calzada atropellando a un camión de reparto.
Somos máquinas arcaicas que nos empecinamos en subsistir en un mundo hostil en constante cambio, antiguallas que hemos renunciado a evolucionar e incluso hemos elegido degenerar y robinarnos; permitiéndonos la obsolescencia gracias a nuestra elevada capacidad de reproducción.

En ausencia de otros depredadores que nos amenacen echamos a perder parte de las habilidades que nos permitieron conquistar la pirámide trófica: perdemos nuestra visión frontal, nuestra capacidad de análisis.

Renunciamos a apreciar el movimiento de la mayoría de las cosas que nos envuelven: despreciamos el sentido del movimiento de los astros en la cúpula celeste, ignoramos la altura del sol sobre nuestra perpendicular. Nuestro ensimismamiento nos impide apreciar como se abre la yema de un almendro, como engorda el pelaje de los animales, como evolucionan los colores que pintan el cielo. Nuestra subjetividad nos impide apreciar como envejecemos. Nuestra soberbia como mudan la piel los humanos que comparten nuestros días, si ocultan una sonrisa o una mirada cargada de odio.

Incapaces de sostener la mirada en un punto más de cinco minutos, incapaces para comparar un lugar o una persona con el mismo o la misma de solo hace unos meses, incapaces de recordar nuestro propia esencia y punto de vista de tan solo hace unas semanas. Carecemos de enfoque para determinar lo que pasa alrededor nuestro y será evidente mañana.

Caminamos a ciegas. Elegimos avanzar sin otear el horizonte, sin mirar los obstáculos que debemos enfrentar inmediatamente, sin evaluar los riesgos de los que depende nuestra suerte, dando palos de ciegos en la oscuridad de la caverna. Renunciando a la mirada, para dar un paso tras otro de oídas, siguiendo el sonido de las campanas que otros tañen, en un esfuerzo de mula atada a la noria. Renunciando al análisis crítico por pereza y por miedo, renunciando a la libertad a cambio de una esclavitud acolchada, renunciando a la defensa de nuestros derechos, de nuestras tierras apaches por cuatro baratijas brillantes y dos botellas de alcohol hasta caer en el abismo de los bárbaros corruptos.

domingo, 11 de marzo de 2012

De lluny, que la sento brollar

Trobes estrany el meu somriure insultant aquí migplantat sobre aquest erm gebrat? Et sorprèn creuar-te amb la meva mirada alegre darrera el fum del tot el que està cremant? Et sobta el meu pas fer-me i confiat sota el xàfec que esteu fent caure? Et molesta que travessi cantussejant tant animada tonada la vostra tristor? Us molesta la meva alegria de butxaques buides davant la vostra infelicitat tant plena? No em compreneu?

Des de la vostra foscor no ho podeu sentir i heu oblidat que la seva arribada és inajornable. En canvi nosaltres som plenament conscients, perquè la recordem i veiem per tot arreu els múltiples signes del seu retorn, fins i tot, ara en mig del regnat de la vostra caverna.

Friso per sentir-la sobre meu i gaudir. Farà trontollar la terra, allargarà la llum dels dies, despertarà les besties adormides, brotarà els més sorprenents colors sobre les pedres més aspres, posarà fi a la mort renovant la vida, derrotant al vostre hivern.

On vosaltres, cecs voluntaris, no veieu res més que pedres i pals secs jo hi veig créixer plançons i nous brots. Mentre que os envolteu de pudors pol·lucionades, jo ja oloro fragàncies delicades i d’altres salvatges. En mig del silenci que voleu imposar, jo ja hi sento els brunzits del borinots, els plors dels menuts, els cants del ocells. Mentre que us aïlleu profilàcticament per no ser tocats u agredits, la meva pell nua ja s’estarrufa sota les seves carícies. Vosaltres sou foscor, mentre que la meua anima cova la primavera.

No us estranyeu. No em mireu recriminant-me perquè jo que conec on s’amaga l’estiu i sento el primer els passos de la primavera. No puc, de cap manera, alliberar-vos del vostre captiveri, perquè sou hivern.

martes, 6 de marzo de 2012

Wellcome to Villa Miseria

En el colmo del sinsentido, como auténtico panolis, incluso colaborando con el desaguisado algunos de los más subnormales de entre nosotros, hemos tirado piedras sobre nuestro tejado, orinado contra el viento, arrojado sal sobre nuestro huerto y cavado bajo nuestros pies hasta romperlo todo, hasta llegar hasta aquí.

Welcome to Villa Miseria, aldea global. Si has entrado, jamás nos abandonarás.

Era difícil perderlo todo en tan poco tiempo, pero con mucho esfuerzo lo hemos conseguido. Hemos sido tremendamente eficaces y en unos pocos años nos lo hemos dejado arrebatar todo: el pasado de nuestros abuelos, nuestro presente y el futuro de nuestros retoños.

Primero, incrementamos artificialmente el precio de la vivienda. Haciendo que la casa que antes se podía pagar con el sudor de siete años del esfuerzo integro de un cabeza de familia, no la pudiese pagar una pareja de enamorados con el sueldo medio sino se hipotecaban por más de 30 años. Un milagro que consiguió que con un buen sueldo no se pudiera llegar a fin de mes y que
dos sueldos no permitieran a una familia ahorrar.

Después los mercachifles de feria que gestionaban las serias instituciones bancarias especularon con nuestras hipotecas y otras hipotecas basura en el casino internacional hasta poner en la picota el sistema financiero internacional. Eliminada la confianza en el mercado interbancario, colapsaron el crédito, estrangularon a las empresas hasta llevarlas a las pequeñas a la bancarrota y permitir a las multinacionales eres y medidas de ajuste, generando un nivel de desempleo masivo y perenne que no sólo ha conducido a las familias al umbral de la pobreza, absorbiendo todo su ahorro pasado, la capacidad de auxilio de sus redes sociales y todo sus bienes presentes y futuro, sino que también a llevado a la bancarrota a los sistemas de protección social de los estados.

Paralelamente y de forma sincronizada al por mayor los especuladores atacaron a la deuda soberana de los estados haciendo que pagaran más por los préstamos que habían concertado para salvarles rescatando a los bancos, mientras que al por menor las instituciones financieras golpeaban a aquellos que se habían escapado de la maldición hipotecaria, saqueando el ahorro de
nuestros mayores y pequeños ahorradores que habían confiado en ellos a través de sus productos preferentes que mediante engaños les endosaron haciéndoles creer sus bancos de cabecera que eran inversiones seguras aquellas que no garantizaban el capital depositado ni el plazo en que podía ser recuperado.

Y finalmente, en el agua revuelta de la crisis, impusimos como necesarios los recortes: reformas laborales que permitían no sólo el despido barato, expedientes de regulación de empleo en empresas que tenían beneficios, sino la modificación unilateral de la remuneración pactada en
nuestros contratos sin causa aparente tanto a trabajadores del sector privado como del público. Al tiempo que subimos los impuestos de las rentas del trabajo, incrementamos el coste de los servicios básicos, encarecimos más la salud y la educación.

Ahora, almas de cántaro, empezamos a sorprendernos porque la receta de la contención del gasto provoca recesión, no genera empleo y reduce la recaudación del estado, a pesar de que siempre que se aplico esta medicina el paciente pereció. Pero, avispados, insisten e imponen más recortes,
condenando a la miseria a cada vez un porcentaje más amplio de la población.

Los barrios se derrumban, las casas vacías se ocupan, las familias honestas y trabajadoras hurgan en los contenedores de basura. Welcome to Villa Miseria, aprende a mirar con ojos rasgados.

Nadie ha recordado el círculo de la pobreza tan analizado: si cada vez hay menos personas trabajando y cada vez los que trabajadores cobran menos, sólo se pueden comercializar producir productos baratos, que generan un beneficio menor, una vida low cost, un mundo miseria.

No hemos querido ver que ya nos hemos mudado ha Villa Miseria donde nadie puede pagar lo que vale el servició recibido, donde la inmensa mayoría no puede abordar la compra de un bien duradero sea una vivienda, sea un automóvil, donde cada vez más trabajadores asalariados después de esforzarse en su jornada laboral no puede pagar el techo donde habita, los recibos mensuales, las chuches que les compra a sus hijos, ni sus ganas de bailar.

Welcome to Villa Miseria, aldea global. Si has entrado jamás nos abandonarás.

lunes, 27 de febrero de 2012

Jo contra el vent

Jo calço un somriure inoxidable nevi o faci calor. Jo sóc impermeable i no arriba la seva mala llet a tacar la meva pell. Jo tinc l’esperit de l’entrenador d’un equip de basket fet dels nans que el van créixer en un circ que es va declarar en concurs de creditors. Jo, a la teva bora, sóc invencible. Jo sóc soci fundador dels simpàtics del barri, dels que ballen i ballen fins que els músics callen. Jo només sóc culpable de no poder empipar-me més de deu minuts. Jo sóc immutable en l’interior de la meva pell.

I ara corro contra el vent i nedo contra corrent en aquest món del revés; esquivant les retallades
insensates que cercenen l’esperança a casa nostra, posant alguna tireta, algun remei, encanyant les ales rotes dels joves ocells, ajudant a les iaies a pujar la compra a saber cridar. I ara em trobes fent un bri de no res, tot el que està en les meves petites mans mindundi crescut, tot el que pot carregar un prim Quixot com jo.

No dubteu pas, que a pesar de la foscor a que ens obliguen, de la tempesta perfecte en la que ens neguen. No dubtaré un sòl moment de qui sóc, del que faig, del que compta i del que no. I tornaré a casa dia satisfet d’haver tornat a posar al seu lloc, com un gran Sísifo, el meu granet de sorra.

I a casa em trobaras, si és que hi ha casa d’algun, i si m’aviseu amb temps hi haurà llits de sobres, una taula coixa, una bona ampolla de vi, per xerrar temps de sobra, ganes de gaudir i un oferta perenne de riures encadenats.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Marcados señores mercados

Como ustedes saben,
somos muchos y estamos en todas partes.
Dan una patada a una piedra
y saltamos a cientos.
Nos sacan de nuestras casas,
pero okupamos todas las grietas.
Allí donde se giran, estamos
y sabemos donde viven.
Les servimos el café
y educamos a sus hijos.

Somos vulgares, comunes, e indiferentes,
somos grises, anónimos y prescindibles,
fácilmente sustituibles e intercambiables,
si nos eliminan, otros nos remplazarán
instantáneamente, sin interrupción;
pero a ustedes, no.

Nadie sabe donde encontrarnos,
ni como diferenciarnos.
Ustedes, en cambio, llaman la atención,
ocupan puestos significativos y relevantes,
acuden con frecuencia a lugares notorios,
donde a la vista de todos
lucen sus pocas luces,
atrapando nuestras miradas,
acaparando los focos.

No queda más que vigilarlos.
Marcar a los señores mercados.
Saber su nombre y su dirección.
Conocer sus rostros.
Acabar con su anonimato.
Esperar su error
y publicarlo.

martes, 14 de febrero de 2012

Lento viene el futuro

Entenderá que:
en medio de toda esta sin razón, de tantas prisas,
sumergido en esta vorágine, en el ir y venir,
inmerso en esta continua obsolescencia,
superado por este acelerado avance tecnológico,
sobrepasado por este reciclaje continuo,
perplejo ante este cambio de paradigma perpetuo,
tras haber renunciado a la última moda,
a entender el último descubrimiento,
o a poseer la última actualización,
descuide sus palabras, Mario:
“Lento viene el futuro”

En medio de toda esta sin razón, de tanta urgencia,
abrumado ante este impuesto estado de excepción,
atrincherado frente a esta economía de guerra,
indignado ante este avance a toda máquina marcha atrás,
enfrentado a este retroceso impuesto,
perplejo e indefenso ante esta continua perdida de derechos,
Entenderá, maestro, que
descuide sus palabras:
“Lento, pero viene”.
Autor: www. elpressentiment.net

lunes, 13 de febrero de 2012

El presentiment

Olvidada sobre un banco del metro recojo una hoja manoseada que me increpa sobre un presentimiento:
“Presiento que ha llegado la hora,
pero no sé muy bien de qué.
Hace frío clavado siempre a este suelo húmedo.
Presiento que la realidad es más que nunca un inmenso complot criminal, una maquinación estúpida y tenebrosa.
La línea del horizonte se ha convertido en una soga de la que cuelgan los cuerpos de los diez suicidados cada día en España.
Así como se acumula la riqueza, se acumula también la miseria. Donde ambas reinan se destruye con insistencia lo digno.
Las palabras y las cosas se han separado, nada significa nada y un nuevo primer ministro se parece al anterior como un policía se parece a otro policía.
Pero yo estoy vivo.
Un murmullo hecho de gritos interrumpe el hilo musical con el que nos atan. Alguien tomará la palabra. Alguien que somos todas.
No sé si hay alternativa pero presiento que sí existe una bifurcación. Ha llegado la hora. Significa que estamos ya en esta bifurcación.
Cada día siento con más fuerza que mis presentimientos son verdad

autor: www.elpresentiment.net

miércoles, 8 de febrero de 2012

Llumins contra el fred siberià

Avui, 200 anys després, he vist com una noia bruna i aterida de fred aprofitava una distracció d’un dels meus veïns benestants i es refugiava en un portal del vent punyent que arriba de Sibèria. Se la veia esgotada i afamada, però de ben segur era conscient que jugant-se el maleït partit de futbol, amb aquell fred polar i a aquelles hores avançades de la nit no cauria cap més almoina sobre la seva mans sense guants, que ningú més el compraria ni els encenedors ni els llumins que intentava vendre.
Sé, de ben cert, que també aquesta vegada per perdre la por a dormir al carrer, per oblidar-se del fred que s’escola per les escletxes dins del portal, jugarà a imaginar-se com deu ser viure en un dels pisos d’aquell portal com si fos la fillola d’un d’aquells blancs rics: Dormir en un llit gran. Sopar bo i calent. I no tenir por.
Sé també que novament, no encertarà una, no es podrà arribar a imaginar com es la vida d’aquells altres més afortunats, perquè ella, que ha travessat a peu l’Àfrica suportant cops i tot tipus d’abusos, que ha arribat il·legalment al nostre país tant petit que no té lloc per ella i des de les hores no para d’amagar-se per rebre el menor nombre de cops i d’abusos, no és capaç d’imaginar con viu una nena de tretze anys amb sort.
Un altre cop, aquesta nit, malgrat haver-ne passat tant de temps, la noia dubtarà d’encendre els llumins que el queden encara per vendre i escalfar-se o, per el contrari, patir el fred. Una volta més rumiarà com empassar-se la por que l’ofega durant tota la nit. I tornarà a pensar que el camí més curt passa per deixar-se anar sobre les vies del metre.
Però aquest cop no esperaré a veure com cap fantasma se l’apropa per portar-la suaument a aquell lloc on no existeix el patiment; perquè ja saps, Dickens, que no hi ha cap lloc on descansaran els que han nascut només per a morir.

miércoles, 25 de enero de 2012

La vida de los otros

En lo más profundo de la caverna habitan. Han formado y formarán siempre el ejército más despreciable de alimañas. Son las sabandijas peor pagadas de los cuerpos de represión del sistema. Batallón de cotillas, censores, correveidiles, chivatos y acusicas que viven con el ojo pegado en la mirilla, atentos a las oscilaciones de la paja en el ojo ajeno.
Prontos a despojar a los libres de su tranquilidad, a llevadlos ante los más oscuros tribunales, a inculparlos de los pecados más pueriles, a sentenciarlos por ellos de por vida a muerte. Y si tuviesen la oportunidad a hacerlo directamente, a lapidarles, peleándose, como hienas, para tirar la primera piedra.
Vienen de los tiempos más oscuros, de la inquisición. Son
en todas las dictaduras necesarios. Pero también habitan entre nosotros, como una triste rémora de nuestro pasado más oscuro, como carcoma.
Nos venden por una migaja insignificante, por una palmadita en su lomo de canido pulgoso. Acumulan muescas en sus garrotes, cultivan con gula listas negras donde casi todos tenemos cabida, culpables de uno u otro delito.
Malgastan la vida que les han regalado pendientes de la vida de los otros.
Lastrados por éste, el peor de los pecados, jamás tendrán acceso al purgatorio; pero tampoco encontraran acomodo en el infierno, donde son despreciados por no haber obrado. Y restan vagando sin descanso por los márgenes del desprecio, soportando los vientos siberianos que azotan los yermos de la indiferencia, solos en medio de un multitud de ellos, sin tener derecho a una palabra más.