miércoles, 21 de abril de 2010

Expulsado del planeta pirulteta

Recorro su espacio exterior, acompañado por los restos de los satélites orbitales en desuso y evitando colisiones con el resto de la basura sideral.
Dibujo circunferencias en el vacío, pinto de alegres colores los círculos viciosos que encuentro en mi camino, mientras la pescadilla que se muerde la cola, me dirige una forzada sonrisa maliciosa.
Echo el arroz a la paella cuando creo que sólo quedan veinte minutos para que encuentres el camino de mi casa, y tengo toda mi carne en oferta, para poder dedicar todas las ganancias a comprar un pasaje para un viaje guiado por todos los estanques de tu primavera.
Piropeo a las abuelas cuando salen de la peluquería, consuelo a los holligans cuando pierden sus principios y sus finales, divierto la espera en la cola del pan contando mis derrotas aderezadas con un poco de sal, y a los niños que se comen las acelgas, les regalo volteretas.
Y los días en que caen fuertes aguaceros, espero encontrar, tan fácilmente como ocurre en mis sueños, alguien que me quiera salvajemente sólo y exclusivamente por mi cuerpo, sin importarle ni un poquito lo que cruza por mi mente, ajeno a mis ideas de birlibirloque, a mis neuras descoloridas, a mis miedos aburridos y a mis ganas de escapar.
Expulsado del planeta piruleta, aún estoy a tiempo de comprar una entrada en la reventa, dispuesto a pagar más caros mis mariscos y pecados, y a volver a subir a tu noria, para pasar miedo subiendo, para pasar miedo bajando, siempre que malgastes en mi todas tus sonrisas.

viernes, 16 de abril de 2010

No m'has trobat

Una mirada, un retall,
el que el meu cor es posi a tremolar,
un somriure, un detall,
un que sigui per jo un gran regal

i a vegades, sembla que en mires,
sembla que em toques,
i encara no m’has trobat

petites coses
petits moments
no et preocupis
encara són dins meu
passi el que passi
vingui el que vingui
per jo mai més
mai més

i a vegades, sembla que en mires,
sembla que em toques,
i encara no m’has trobat

Canço: Delên, http://www.youtube.com/watch?v=velITKQ6ggM

domingo, 4 de abril de 2010

Ciudadela interior

Aquí, sobre la fresca hierba de la primera primavera, bajo el calor tímido del sol que intenta dejar de ser invierno, en el interior de mi ciudadela, se mantienen intactos y firmes los últimos bastiones que defienden mi sonrisa y mi calma.
Bajo esta luz, dentro de esta música es más sencillo sentir el movimiento continuo del cosmos, las endiabladas zigazagas del kaos, en un baile perpetuo que busca un elegante equilibro entre el placer y el dolor.
En el parque, ciutadela exterior, sonríen los niños casi tan felices como los canes que los persiguen lengua fuera, extienden sus pareos sus padres y, sobre ellos, ofrecen sus cansados cuerpos al sol, esperando que los fertilicen, y a su lado se acercan sus mujeres que tejen un instante de olvidada y efímera felicidad.
Calman mis heridas, el ir y venir feliz de las otras vidas. Los besos apasionados que percuten, ajenos a mi, pero a mi lado. Los juegos de los muchachos. La deriva del resto de los solitarios. Iluminados todos por el sol, siempre tan democrático. Porque la vida sigue aquí, aunque nos guardemos de ella, la ignoremos o evitemos mirarla a los ojos. Esos ojos suyos que nos hipnotizan y nos obligan a sumergirnos en su juego perpetuo, en su feria continua, de ínfimas derrotas y grandes premios.
Y es aquí, sobre la hierba, bajo el sol, rodeado de sus alegrías, desde donde mis huesos maltratados, mis nervios anudados se desperezan y recuerdan que nada demolerá mi ciudadela interior, donde guardo mi utopía chiquita, mi mirada infantil y al genuino primate que sostiene mi piel.