miércoles, 21 de septiembre de 2011

Xàfec

Tanta calor i tanta pols pegada a la pell suada dels carrers. Tanta xafogor ara que els nens van escola i ja no toca. Les platges obertes encara mentre estem nosaltres aquí, tancats a les feines. Aquest estiu que no acaba i ens obliga allargar les nits a les terrasses dels bars, bevent ingenus, com si encara tinguessin cap motiu per brindar, ara que l’estiu marxa i la tardor bé carregada de negror.
I de sobte un xàfec de realitat. Com un llamp, l’aiguat violent se’n dur tot record de l’estiu, posant fi a la llum mandrosa de les tardes relaxades.
Marxen plorant els nens a escola sota la pluja. Se’n duen les aigües vorera avall les nostres il·lusions altra volta malament aparcades a la riera. I se’ns neguen els ulls, conscients de que s’acaba l’estiu, deixant pas als dies i les persones grises.
I caminem moixos, les mans a les butxaques, el pas tremolós, la mirada perduda. Vençuts perquè ja no ens recordem on es guarda cada dia 21 de setembre l’estiu. Sense esma per afrontar els dies freds i curts que venen sense esperança de joia, perquè ja fa massa temps que desatenem les senyals del nostre cor bullent que, en un llenguatge atàvic, batec a batec, ens xiuxiueja que l’estiu mai té fi, que l’estiu habita aquí.

sábado, 17 de septiembre de 2011

Ciego egoísmo

Desde nuestro egoísmo, que es el único lugar desde donde automáticamente actuamos y tomamos decisiones, sin tomarnos el cuidado de meditar su impacto en nuestro entorno, su huella ambiental o los daños colaterales en la población civil que nos rodea, todo parece fácil y poco separa nuestro modo de hacer del que usara el hombre primitivo, que se desenvolvía en una selva sin preceptos morales, ni sombra de justicia, equidad, respeto o empatía, sólo apetitos.
Nuestro egoísmo nos empujaría a vivir como en nuestros sueños, dónde somos absolutos soberanos, todo es posible, nadie sale herido y no hay repercusiones. O como en las series de dibujos animados, donde el daño generado en una escena no deja huella para la siguiente corrediza.
Los tiempos nos empujan a acomodarnos en un egoísmo postadolescente, una evasión constante. Queremos mantenernos siempre alejados de las responsabilidades, de las decisiones ponderadas, de la valoración de los impactos de cada uno de nuestros pasos. Y aún conscientes de que no es posible, siempre que podemos lo evitamos: que decidan los demás.
Los medios nos facilitan un lugar para nuestro egoísmo postadolescente: las redes sociales, las webs nos permiten transmutarnos en avatares vacíos a quien nadie puede pedir responsabilidades, sobre los que no se puede abrir una causa legal. Y nuestra cobardía puede esconderse en un número creciente de heterónimos, o simplemente llenar parcelas de aburrimiento en un tráfico poco ético de Sims.
Difícil valoración de un trastorno, que no conduce a ninguna parte: una vida para enanos.
Ilustración: Javier Tejero

lunes, 12 de septiembre de 2011

Propicio precipicio

¿Qué se esconde en la cara oculta de la verdad vociferada por los medios de comunicación? ¿Quién está en riesgo? ¿Quién con el agua al cuello? ¿A quién hay que rescatar? ¿Quién estiró más el brazo que la manga? ¿Quién gastó lo que no tenía? Muchas incógnitas bailando en el aire y nadie interesado en despejar la equis.
¿Quién ganó con la burbuja inmobiliaria? ¿Quién se lleno los bolsillos con la especulación financiera? ¿Quién gana ahora en tiempos de aguas revueltas? No son los mismos organismos inmutables.
¿Quién vigila? ¿A quién vigila?
¿A qué se dedican todos los burócratas que calientan las sillas de los cargos oficiales? ¿Dónde miran para no ver nada? Su ombligo les hipnotiza y les hace creer que no son responsables.
¿La justicia es ciega o cómplice? ¿Desconocen los juzgados lo que es un delito? ¿No se exigen responsabilidades a quien ha robado más allá de nuestro dinero, nuestro futuro?
Todos y cada uno de los miembros electos de los parlamentos otrora dichos democráticos, ¿pueden mirarse a la cara y no escupirse?, pues, como los miembros de la iglesia no creen en la existencia de Dios, ellos conocen la hipertrofia de la parodia de su barato teatro. ¿Servidores del pueblo, salvadores de la patria? Sólo les mueve su ego, sólo defienden las oscuras manos que financian sus partidos partidarios.
¡Que asco!
¿A quién beneficia este propicio precipicio? ¿Quién se hará de oro malvendiendo el Partenon, la educación publica, el estado del bienestar o Europa? ¿Qué demente fanático piensa que un capitalismo chineizado y mafioso le generará más beneficios?
¡Caigan los Mamuts primero! Juguémonos un órdago a la grande. Dejemos caer a los bancos alemanes simplemente para saber quien gana.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Descanso vacacional

Escapismo. Ingenua huída temporal de la rutina. Elegido y buscado trastorno de la personalidad. Amnesia selectiva sobre los compromisos y las responsabilidades. Pelotazo hacia delante.
Consciente olvido de los días pasados y construido descuido del futuro. Suspensión temporal del yo de los días laborables. Infantil concepción del mundo como un lugar por el que caminar sin recibir heridas. Paréntesis uterino de felicidad. Pelotazo hacia delante.
Días de verano, arena blancas en las playas vírgenes de las ciudades turísticas, siestas sin final señalado, países exóticos de nuestro mundo interior, tiempo para leer hasta el aburrimiento, guiños en los chiringuitos, jugar como niños, bailar como locos.
Levitar en el tiempo ajeno a las noticias de los diarios, impermeable al desaliento. Toma de tierra, recarga de las baterías, corte, lavado y peinado de las neuronas. Descarga y vaciado de los depósitos grises.
Y el sol bronceando nuestro cuerpo desnudo en una soledad interior tanto tiempo anhelada, lalala...


Ilustración: Viejo desnudo al sol de Ramón de Errazu