jueves, 23 de junio de 2011

Arrrrrrrg!
Grito profundamente y cierro la puerta delante de mí, no pienso volver a entrar allí en los próximos días. Escapo de aquí y escapo de mí. Necesito el aire fresco de un lugar alejado. Horizontes despejados, verdes colinas y una toma de tierra, para volver a enfrentarme a tanto problema.
Bendita inconsciencia. Entretenimiento inocente. Juegos de niños con zapatos nuevos. Piruletas de colores. Mochila a cuestas. Esquinas nuevas donde nunca antes mehe perdido. Patio de recreo. Solsticio de verano. Verbena. Ilusos cohetes explosionando con la vana esperanza de llamar la atención de las eternas estrellas. Buena compañía para celebrar la soledad. Una copa de más. Rezagarse en la cama antes de empezar.
Pacer despacio por otras calles, alimentarse tranquilo de otros paisajes. Jugar a buscar las siete diferencias en todos estos lugares tan semejantes. Cuestas abajo. Cansarme de jugar, de correr y saltar, de curiosear. Olvidar.

viernes, 17 de junio de 2011

La resistencia de las ranas

Si una rana salta sobre una olla de agua hirviendo, de un salto sale de ella. Nada la engaña y escapa del peligro. En cambio, si una rana cae en una olla de agua tibia y la temperatura del agua va subiendo, la rana permanece en ella, resistiendo la tortura. Sudando pero resistiendo, no se mueve hasta que ya es demasiado tarde y perece.

Nosotros no somos príncipes azules, pero tampoco indefensas ranas en manos de otros crueles reptiles. Nosotros, los peatones, también reaccionamos más fácilmente ante un abuso violento, repentino y manifiesto. A nosotros, los ciudadanos, también nos cuesta más (ocupados como estamos por circunstancias banales como sobrevivir, ver crecer a nuestros hijos, cumplir alguno de nuestros sueños y, de tanto en tanto, respirar) advertir cómo, poco a poco, los poderosos van mermando nuestros derechos tan difícilmente conseguidos.
Nosotros los anónimos, atareados como estamos en ganar el dinero suficiente para hacer frente a todos los recibos y llegar a fin de mes, o distraídos como caemos por tantas cosas que nos llaman la atención en este maravilloso planeta y en este maravilloso siglo que nos ha tocado en suerte vivir, somos fácil presa para sus malas intenciones.
Así, que como monos de goma resistimos cada vez que nos dan más leña y nos aprietan una vuelta más la tuerca; pero se olvidan que existe un umbral para nuestra paciencia, un límite para despertar nuestra rabia, como mecanismo de autodefensa.
Esa línea roja ya se ha cruzado. Cada día la minoría silenciosa y borreguil está más desnutrida, por lo que se producen continuas escisiones y ya se escuchan por todas partes los aullidos de los otrora pacíficos corderos.
Los que más padecen, los que están al borde de la desesperanza y el desahució, los que temen por el futuro de sus vástagos reaccionan, protestan, se defienden.
Los que simplemente despiertan y se dan cuenta de que sus derechos son menos ahora que hace unos pocos años, que los ricos llevan tiempo con las manos en sus bolsillos, planeando como robar los sueños a sus hijos salen de la olla, bajan de la inopia, toman las plazas y protestan indignados.
Cada día más familias están al borde del límite del sufrimiento humano, cada día más peatones despiertan indignados, cada día más ciudadanos conocen el truco de los trileros descarados que les esconden su futuro con cualquier excusa. Cada día está más próxima la revuelta contra los batracios.

Ilustración: Alejandro Villen

martes, 7 de junio de 2011

Common people

vull viure com viuen els altres, vull fer les coses que fa la gent normal.
Vull sentir el riure de la canalla grimpant pels arbres del parc,
vull sentir les històries de la iaia quan torna de fer la partida amb les noies de la seva edat,
vull anar mig adormit en metro a treballar i fer hores extres d’amagat,
vull comprar-te aquell caprici que mires cada vegada que passem per aquell vitrall.

vull avançar una mica més que els altres, que els que ja havien estat, tenir l’horitzó a tocar,
vull acampar totes les nits a les places, passar les tardes debatin com això es pot arreglar,
vull somniar que sortegem aquesta crisi, que es mullem i es posem plegats a remar,
vull veure com els que infligeixen dolor a la gent pagen amb escreix per tot el mal que han fet.
vull retornar de nou a Ítaca i descobrir que és el lloc que estava esperant.

vull parlar amb els grans a la cola del pa i saber que no hi ha res que els pugui enfonsar,
vull trobar a la colla en el bar, no haver de parlar de misèries, que el futbol sigui el pitjor mal,
vull mirar de reüll les cames de les altres i imaginar, un segon, que sempre puc de nou escapar,
vull tornar content a casa i triar la faldilla amb la que m’acompanyaràs a la revetlla a ballar,
vull confiar que la terra tornarà a girar una volta i, si es pot, follar de tan en tan.

vull viure com ho fan els altres, veure les coses que veu la gent normal,
vull dormir amb gent normal com tu, vull dormir amb gent normal com tu...

Parafrasejant als Manel
Fotografia: Núria Recaj