lunes, 23 de diciembre de 2013

Nadala 2014


Como viene siendo costumbre, justo antes de que se nos precipite el año por su vertiginosa cuenta atrás, de las prisas protejo con celo cinco minutos de paz para rebuscar entre un buen montón de deseos y anhelos usados, viejos y un pelín descascarillados, recomponerlos y desear que se te hagan realidad durante el próximo Año Nuevo que está a punto de comenzar.

Tradicionales deseos siempre bien empleados: Paz, amor, solidaridad, alegría y rauxa. Y otros compuestos con una palabra recogida de aquí y un son encontrado allá, para hinchar nuestras velas y atravesar la tormenta hasta llegar a nuestra isla imaginada. Y,y, y por eso te deseo, nos deseo:

Recordar  la caricia del Sol sobre nuestra piel los días de lluvia y niebla,
imaginar el huracán incluso varados en la calma chicha.

Acomodarnos a ser yo, sin que nos tire la sisa,
recordando que los otros, son siempre otros y todos diferentes.

No olvidar la esforzada ascensión, al rodar cuesta bajo,
rememorar las victorias y las risas al bajar las persianas,
tener presente las caídas, al recoger premios y dividendos,
apreder a corregir nuestros aciertos,
y a construir un trampolín con las astillas de nuestros fracasos.

Y,y,y… tiempo del que se escurre entre los dedos,
y lágrimas de las que estallan de alegría
y abrazos de los que nos recomponen el alma,
y sonrisas de las que nos vuelven niños
y que se nos suba el vino viejo al corazón peleón.

Y,y,y… que se te calen los huesos de tanto amor,
y besos, muchos besos, de todas las tallas,
de todos los colores, de todos los sabores,
miles de besos que nos sostengan hasta que vengan mejores dadas.

domingo, 20 de octubre de 2013

miércoles, 24 de julio de 2013

El destino de los ñus

En un rincón de la sabana permanecen tranquilos y estáticos millones de ñus, paciendo pacientes mientras haya algo que triscar bajo el sol que más calienta.
Millones de puntos rumiantes que en su indolente caminar dibujan enigmáticos símbolos sólo comprensibles a vista de pájaro, hasta que un ñu aspira hondo, hincha el pecho, levanta la testuz, otea el horizonte como si tuviese una visión o un sueño y se erige en líder, determinando la localización exacta donde se sitúa el destino de los suyos. Inspira, bufa y muge provocando a los congéneres más próximos, que a su vez levantan la testuz y mugen en una reacción propia de las fichas del domino, que pone en marcha la migración más espectacular del planeta: la estampida levanta una nube de polvo visible desde la luna y hace temblar la tierra.
Lo que fue quietud es vertiginoso movimiento y ansias de llegar a los verdes pastos prometidos. Millones siguiendo el sueño de un ñu, que dejará a cientos, miles en el camino, para alimentar al delicado ecosistema, a las leyes del mercado o de la selva, son daños colaterales que nutren al Serengueti.
Y una vez llegados al otro lado, en la tierra donde vuelven a haber brotes verdes, los ñus olvidan. No valoran el alto importe de la factura, no la comparan con la de años anteriores, no se cuestionan si cerca hay prados mejores o existía un camino más corto o menos penoso para llegar.
Después de la loca carrera, donde se han jugado la piel azuzados por el miedo, vuelve la quietud: pacer pacientes mientras haya algo que triscar, bajo el sol que más calienta.
Y justo antes de ponerse nuevamente en marcha no sabrán recordar si siguen al mismo líder que les llevará por el mismo abismo o a distinto perro con el mismo collar.

Así mismo, nosotros, los pacientes peatones seguimos a nuestro ñu, votamos a ciegas creyendo en falsos cantos electorales y repetimos nuestros errores como amnésicos cada cuatro años, sin contar los engaños, sin contabilizar el dinero trasferido desde nuestros derechos a sus cuentas corrientes poco frecuentes, sin exigirles responsabilidades por los daños colaterales, por los digeridos por los caimanes, por los peatones anónimos que fueron pasto o abono para que sigue floreciendo este sistema de selva, sin haber analizado cual es el trazado del camino menos pesado para nuestros cuerpos trabajados.
Mientras tanto nuestros líderes, para despistarnos, se cambian de chaqueta y mudan de palabras esperando que el temporal amaine, conscientes que los problemas se solucionan solos, sin hacer nada, por agotamiento, porque no hay mal que cien años dure y el olvido todo lo cura. Agazapados esperan sacudiéndose las culpas como pulgas, esperando que vuelvan a crecer los verdes pastos que amansan a los peatones pacientes para sacar pecho, levantar la testuz y mugir al rebaño indolente.

martes, 14 de mayo de 2013

Noticia exhaustiva del descenso del 15-M en su aniversario

Se apresuran, los massmedia a sueldo del establisment, a denunciar a bombo y platillo la caída del apoyo popular al espontáneo movimiento de protesta ciudadana denominado 15-M. Y corren a buscar a los enterradores, como si de esa forma pudiesen contener la enfermedad sistémica que se extiende como un incendio forestal y hacer desaparecer los problemas que generan un rechazo que se multiplica como un virus tropical.
Aconsejados por ciertos de pomposos expertos, la clase política, piensa que manifestación que no se oye problema que no existe. Y corre a agitar el número de manifestantes pesado a ojo de mal cubero sin atender sus reivindicaciones, que siente que no le competen, pues ellos siguiendo el consejo de un anciano muy venerado en el lugar, hacen como él y no se meten en política.
Y el gobierno embalsamado sólo parece reaccionar cuando los ciudadanos son capaces del milagro de reunir más de un millón de firmas, eso sí, para huir en sentido contrario. O cuando pocos manifestantes, cargando sus pesadas razones, se acercan hasta su domicilio familiar para milagrosamente hacerse visibles ante sus estiradas narices.
Los electos no están aquí para responder a los que les responden, les critican o les requieren, pues los gobiernos no están aquí para solucionar, aliviar o minimizar sus problemas; pues ellos están refrendados por el sólido y firme apoyo de la mayoría silenciosa, que suma tanto a los votantes que los eligieron gracias a un programa electoral traicionado y unas esperanzas frustradas, como a los enfermos en coma y otros impedidos que no pueden insultarles.
Los expertos sentencian que si los ciudadanos no se desplazan en peregrinación todos los días hasta el centro de las grandes ciudades para manifestarse es que apoyan la acción/omisión del gobierno. Sus confesores sentencian que si no generan disturbios, altercados o hacen explosionar pequeños artefactos caseros es que no existe ninguna discrepancia, ni tan siquiera problema alguno.
Todos los silenciosos alientan pues la subida de la tasa de paro, la emigración de nuestra juventud mejor formada, el descenso de su capacidad de compra, el aumento de las listas de espera y jalean todos sus recortes que nos han devuelto a los sesenta.
Los gobernantes están tranquilos, pues las plazas están despejadas por los funcionarios de los cuerpos de represión y las gentes, discretas, pasan hambres en sus casas, antes de ser desahuciadas.
Mientras los zombies de los ministros celebran que no hay tanta gente en las calles, cada vez más gente piensa que sólo encuentra apoyo en sus iguales

viernes, 22 de marzo de 2013

Mares internos esquilmados

Ayer en un bar de aquel puerto de pescadores, escuché de fondo un encendido debate sobre las nuevas vedas impuestas que impedían a los barcos salir a faenar. Todos reconocían que las pesquerías están agotadas y que si no se amplían substancialmente las reservas marinas antes del 2050, en breve, no habrá nada que pescar y, mucho antes, se habrán extinguido las especies más gustosas y preciadas. La mayor nadie la contradecía, pero discrepaban en como debían actuar: los miopes sólo veían los recibos a pagar a fin de mes y exigían seguir exprimiendo el limón hasta la última gota, mientras que los de vista más aguda y mayor amor al mar defendían las vedas porque era la única solución que les garantizaba seguir muchos más años viviendo de la pesca.

En ese momento, pensé que la gestión de los recursos del mar, a pesar de ser pésima, era mucho mejor que la de los recursos humanos de estos días: Los peatones, como los mares, están siendo sobreexplotados y muchos ya están agotados y no van a poder aguantar con vida hasta la salida de la crisis, para ellos no hay luz al final de un túnel que se sitúa más allá de esta década. Pero los patronos, sordos a los avisos de los ecólogos, a pesar de la elevada tasa de desempleo, o del número de ahorradores estafados con las preferentes o de los arruinados con las hipotecas, o del número creciente de familias en situación de pobreza o exclusión social, no levantan el píe del acelerador y siguen con sus malas artes de arrastre destrozando hasta el fondo a ver que pueden sacar. Mirad Chipre rodeada toda por el mar.

Y en estas aguas revueltas, al 1% que lleva el timón todavía nadie se ha atrevido a proponerle que cese de tirar por la borda las especies no económicamente provechosas: los viejos, los dependientes, los parados, los poco formados convertidos en pasto para las gaviotas voladoras, no otra cosa que buitres de mar.

Marineros de agua dulce, salvemos nuestros fondos, vaciemos sus bodegas, si no queremos ver como la esperanza de vida del peatón común cae espectacularmente los próximos años.

 

sábado, 2 de marzo de 2013

martes, 5 de febrero de 2013

El lado bueno de las cosas

Al mal tiempo buena cara, niños saltando en los charcos, amantes amando bajo el susurro de las gotas sobre los cristales, los rayos nos regalan fuegos artificiales.
De la ceniza de los incendios forestales, se fertilizan los suelos agotados y renancen cual fenix los árboles y los matorrales.

Al final del túnel puede estar el interruptor de la luz, el no ya lo tenemos, cuando se cierra una puerta otra se abre, al menos una rendija y amanece que no es poco.
Nuestros cuerpos inservibles son un festín para los gusanos, no hay mal que cien años, la primavera nunca se retrasa y las polladas siempre rompen la cáscara.

Siempre hay una bula para sortear un viernes de cuaresma, antes del miércoles de ceniza hay que bailar todo un carnaval, irremediablemente, pocos días después del lunes llega el fin de semana.
Una sonrisa abre mil puertas, las palabras amables son gratis y dan puntos en todas las tarjetas descuento, regala abrazos todos los martes como autopromoción y en cuestión de besos, más vale que sobren que no que falten.

A pesar de todos los desastres, pase lo que pase, sea lo dura que sea la caída, sólo aprende quien yerra y el que tropieza y no se cae, más rápido avanza.
Y, si finalmente mañana te levantas con el píe izquierdo, te miras en el espejo y no te reconoces y al ir a vestirte no sabes que ponerte, recuerda el lado bueno de las cosas, y ponte feliz.

domingo, 3 de febrero de 2013

Presuntos implicados, se sobreentiende

Decían, hace un par de semanas, los mass medias que eran 300 los hombres justos de este corral que desde sus cátedras destacadas presuntamente despistaban fondos públicos a gogó en beneficio propio y/o de sus cuates y compinches.
Y por si fuésemos pocos parió la abuela un tesorero que cuenta, que dice, que repartía sobres a diestro y siniestro que llenaban los bolsillos de los mismos que vivían la dulce vita mientras apretaban los cinturones de sus administrados
Un hecho que en otros lares parecería muy grave, pues nos coloca a la cabeza del ranking de corrupción de Europa, y que lesiona tanto la credibilidad de los políticos y la política, como la confianza de las gentes en la democracia o la justicia española.
Pero mucho peor aún es saber que los conciudadanos de estos pajarracos no toman en consideración estas acusaciones y siguen votando, sin recelo aparente, a políticos que arrastran más de un juicio por malversación de fondos públicos. Pues este es un país donde sólo los tontos piden facturas con iva, no trabajan en negro, contratan a sus empleados legalmente, pagan sus impuestos sin creatividad fiscal, no aparcan en doble fila, ni se salta la reglas de la código de circulación.
Un lugar donde se considera un pecado venial y una debilidad natural del ser humano meter la mano en la caja y favorecer al primo carnal.
Eso sí ahora que el cántaro se ha roto y todos saben como ha terminado el cuento de la lechera, sólo se oyen llantos y quebrantos y las gentes se mesan los cabellos como plañideras en los entierros, pero sin un ápice de resignación. Pues el político más valorado de la nación vuelve a decir Diego donde dijo digo y evita el deshonor de abandonar el puesto. Y su primo hermano el político más votado de este mercado se autoaudita para asegurar que no se ha dopado. Mientras  a diestro y siniestro siguen contratando asesores, pagando gastos innecesarios y nadie hace públicos los gastos de sus presupuestos ni sus agendas de trabajo. Y lo peor de todo, malvenden nuestra sanidad para que tengamos menos cobertura y la que nos quede nos sea mucho más cara.

domingo, 27 de enero de 2013

diumenge al matí

Ben d’hora, ben d’hora, diumenge pel matí,
els carrers a l’hivern, treuen fum, com el pa acabat de fer,
faig tot el camí de baixada en el meu patinet,
i a l’arribar a la parada, de xurros, em demano cinc leuros
i fent ziga-zaga, ziga-zaga, retorno tot lliscant,
no sense en un revolt el diari arreplegar
i el baf del meu alè, quan fico la clau al pany, no em deixa ver.
 
Ben d’hora, ben d’hora, diumenge pel matí,
els colors badallen encara com un matís de gris.
retorno a l’escalfor del meu forat,
la música de les hores xiuxiueja per no molestar el veïns,
el suc està acabat de munyir i la xocolata ben calenta,
i els angelets encara dormen a les quatre cantonades,
i el teu somriure, a poc a poc, es va llevant del llit.
 
Petonejo la xocolata amagada on finalitzen els teus llavis,
amago els meus dits gelats a la fondària de la teva pitrera,
i sota la mirada reprovador del gínjol que ens vigila, 
em torno a esmunyir-me al llit,
ben acompanyat,
ben d’hora, ben d’hora, se m’ha tornat a esfumar el matí.

sábado, 12 de enero de 2013

La distancia de seguridad

Desde cierta distancia, la suciedad, la mierda, la miseria no huelen mal. Observándola desde lejos la pobreza tienen una patina de bohemia que puede sonar atractiva a los artistas faltos de mejores musas e incluso, desde la óptica superficial del turista, puede ser exóticamente romántica.
Tener la nevera vacía, vestir ropa de segunda mano, dormir cada noche de prestado, cortarse el pelo uno mismo o andar despeinado puede ser un viaje de aventura al interior de uno mismo, un rito de paso, o surfear en la onda.
Aunque, cuando se supera esa distancia de seguridad que dan los padres ricos, la mierda huele mal. Fuerte y claro se siente su olor hasta que te produce arcadas.
Cuando no hay donde volver a rellenar los tupper, si no hay nada en la nevera, el hambre te retuerce las tripas. Si no hay calefacción, el frío y la humedad doblan tus huesos. Cuando nadie guarda tus espaldas ni las cuatro esquinitas de ninguna cama, si se te desgarran las únicas ropas que posees, te mueres de vergüenza y no puedes ir ni a una entrevista de trabajo, ni a robar en unos grandes almacenes.
Aprendes que la bohemia, no se lleva nada bien con la pobreza. No hay tiempo, ni lugar para fiestas con artistas y vinos baratos. Sólo hambre, miedo, vergüenza, desesperación.
Es posible que se te agudice el ingenio, si algún día lo tuviste, pero no te conviertes en un artista. Es mucho más probable que te vuelvas un truhán, un borracho, un drogadicto, un ladrón o un estafador.
Si esta excitante aventura te pilla, como a mi ahora, sabes que incluso aquí existe la dura competencia, que los comedores sociales tienen overbooking, que los mejores lugares para dormir necesitan reserva y vigilancia privada y que las tenues fuentes de ingresos están sobreexplotadas.
Y si la experiencia te pilla viejo como a mí, sabes que el viaje no tiene retorno y la locura es el único destino probable.