Como viene
siendo costumbre, justo antes de que se nos precipite el año por su vertiginosa
cuenta atrás, de las prisas protejo con celo cinco minutos de paz para rebuscar
entre un buen montón de deseos y anhelos usados, viejos y un pelín
descascarillados, recomponerlos y desear que se te hagan realidad durante el
próximo Año Nuevo que está a punto de comenzar.
Tradicionales
deseos siempre bien empleados: Paz, amor, solidaridad, alegría y rauxa. Y otros
compuestos con una palabra recogida de aquí y un son encontrado allá, para
hinchar nuestras velas y atravesar la tormenta hasta llegar a nuestra isla
imaginada. Y,y, y por eso te deseo, nos deseo:
Recordar la caricia del Sol sobre nuestra piel los días
de lluvia y niebla,
imaginar el
huracán incluso varados en la calma chicha.
Acomodarnos
a ser yo, sin que nos tire la sisa,
recordando
que los otros, son siempre otros y todos diferentes.
No olvidar
la esforzada ascensión, al rodar cuesta bajo,
rememorar
las victorias y las risas al bajar las persianas,tener presente las caídas, al recoger premios y dividendos,
apreder a corregir nuestros aciertos,
y a construir un trampolín con las astillas de nuestros fracasos.
Y,y,y… tiempo
del que se escurre entre los dedos,
y lágrimas
de las que estallan de alegríay abrazos de los que nos recomponen el alma,
y sonrisas de las que nos vuelven niños
y que se nos suba el vino viejo al corazón peleón.
Y,y,y… que
se te calen los huesos de tanto amor,
y besos,
muchos besos, de todas las tallas,de todos los colores, de todos los sabores,
miles de besos que nos sostengan hasta que vengan mejores dadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario