jueves, 20 de noviembre de 2008

El vuelo del grajo

Cuando el grajo vuela bajo, es sabido, hace un frío del carajo y yo me arrebujo en el refugio de tu calido regazo. Santa Calefacción protégeme de la congelación. Virgen de la Pura Lana guárdame bajo tu manta.
Carámbanos amenazan en los tejados. Vientos hipohuracanados ululan terribles al caer la tarde. Y todavía avanza a lo lejos el viejo general invierno. Pero ya se me eriza la piel nada más, en la santa calle, poner el pie. Corta el frío que corta el avance de mi bicicleta, los dedos se me hielan, la piel se me cuartea. Aparco y corro por las calles, veloz pegado a las paredes, vigilante en las esquinas y los cruces para esquivar las corrientes traicioneras hasta que llego a tu sofá.
A tu sofá, a tu sofá, a meterme bajo tu manta, donde se multiplican las manos y se confunde lo tuyo y lo mío, donde tu urgencia me hace entrar en calor, donde tu frío arranca mi ropa, donde cuanto más desnudo más llego a sudar, donde todo lo que no naufraga en nuestra nave sobra, donde el tiempo se detiene o pasa en un santiamén, donde me olvido de mi tiránica razón y tu despiertas mi atávica imaginación, donde inventamos una y otra vez los juegos reunidos geyper, donde la historia no tiene ni principio ni fin y la lógica tiene reservado el derecho de admisión.
Ahora, todavía me queda un rato para volver, pero escucho silbar al viento y me imagino el frío que sacude la calle y te veo ya en casa y sólo con eso me inflamo, ardo. Bendito invierno que acaba con las ganas de salir. Dame frío y más frío, dame diciembre, lléname de besos los días cortos de enero, las largas noches de febrero.
Ilustración de Victoria Francés
A la chica del elefante de piedra

martes, 11 de noviembre de 2008

México Desorden General

Güero, güero, güerito welcome to México lindo, donde todo lo que deseas lo puedes comprar a diez pesitos en la ambulante o en abarrotes Treshermanos. Y para lo que la bolsa no llega, ruega a San Antonio de Padua, la Virgen de Guadalupe o San Judas Tadeo, que franquicias de la santaiglesia donde hacerse una limpia no faltan.
México donde nada de lo anunciado parece ocurrir, donde las promesas están siempre vacías. Donde la vida, llena de lágrimas, como canta Lila Downs, no vale nada y la muerte, para compensar, es el todo, es pura fiesta.
México a medio deshacer. México desordenado donde las ciudades no tienen principio, no se acaban, no tienen fin. Donde el espacio es infinito, la centralidad se desprecia y el suelo no vale nada.
México donde el ahorita mismo se eterniza, donde no hay dinero para pagar las prisas, donde el tiempo sobra. México donde los artesanos gastan horas que nadie paga, donde sobran las manos que nadie emplea en hacer todas las cosas que falta hacen.
México donde no hacen falta motivos para fiestas: calaveritas, calendas y carnavales. Donde ahorita mismo con unas chelas se organiza un reventón. Donde trago de tequila arriba, calle abajo, las chicas me sacan a bailar por puro güerito.
México estruendo de mariachi, cumbia tejana, son, calinda. Donde la gente no baila, donde nadie aplaude al artista.
México donde el sol cae a plomo y ciega el horizonte infinito. México de noches frías.
México de pueblos sin luz junto a playas vírgenes donde se esconden mediocres europeos agujereados en búsqueda de algo de glamour.
Y Oaxaca linda llena de mundos diferentes que hablan otras lenguas. Y San Cristobal de las Casas donde los Europeos vampirizan un mito encapuchado hace tiempo aletargado; donde los pobres gracias al turismo respiran un poco. México donde buceo entre peces de colores mientras me cuentas que llueve sobre mi lejano hogar.
Y Diego Rivera y Sequeiros pintando verdades en grandes murales. Y el Subcomandante, Pancho Villa, Viva Zapata gritando: tierra y libertad. Y los últimos cuatro comunistas vivos que sobrevieron a los ferrocarriles gritando por los magnavoces del zócalo: ¿quién perdió la esperanza? ¿qué charro vendió la revolución?
México de pirámides aztecas bajo iglesias coloniales, de rascacielos, terremotos y catedrales.
México de topes y vibradores, donde las carreteras alejan más que acercan, de autopistas de un sólo carril para ambos sentido de la circulación. México donde las casas habitadas parecen caerse y nada difiere de Bagdag.
México que ya quedó atrás. Y Moctezuma bailando entre mis tripas. Adiós huachinangos, chiles, tortitas, frijoles. Adiós desorden general. Ves haciéndome hueco que ahorita me regreso.