martes, 27 de octubre de 2009

Lástima Luis porque esta noche no estará Toni, con toda la peña, en casa de Esteban

¿Dónde y cuándo nos perdimos? ¿Quién lo hubiese previsto? ¿Quién iba a creer que podrían deshacerse los vínculos que nos unían? ¿Cómo no han sido suficientes todas las tardes que armamos juntos, esperando impacientemente a que nos pasarán cosas mientras nos llegaba el tiempo de vivir?
La realidad, en cambio, cuenta una historia demasiado diferente a la que nos hubiese parecido verosímil. Hoy, de vosotros, sólo permanece nítido el recuerdo de vuestros rostros, mientras que imagino, pero desconozco, vuestra faz actual y dudo si hoy os reconocería atravesando la multitud, pues el tiempo os puede haber cambiado tanto o más que a mi.
Revisito nuestra foto, lo único que permanece inalterable de aquella férrea amistad, y me entristecen nuestros rostros sonrientes y ese brindis al viento, esculpido para siempre en el daguerrotipo, en el que nos juramos lealtad eterna.
Nada queda de aquellos cinco astronautas recién aterrizados hoy desde el planeta de los simios. Nada del tiempo aquel donde yo cumplí veinte años. Nada del lugar donde nunca más volveré a habitar. Ninguna arruga ensombrece nuestros rostros sonrientes. Pocos problemas acarreábamos sobre nuestras espaldas de chicos de barrio. Tan poco que perder, sin un duro en los bolsillos ni recibos domiciliados que atender. Sólo futuro por delante.
Pero para nuestra sorpresa, de nada sirvieron todas aquellas horas conversando sobre el todo y la nada, para nuestro asombro no dejamos ni una sola huella en todas aquellas aceras que pisoteamos millones de veces mientras no hacíamos otras cosas que callejear; y, contra todos nuestros pronósticos, nada somos ahora los unos para los otros, y mucho menos seremos en ese futuro incierto que prometimos compartir.
No fueron suficientes para unirnos ni las lecturas compartidas, ni las cartas cruzadas, ni las noches en vela, ni las largas caminatas, ni los fuegos de las acampadas, ni las primeras borracheras que nos permitieron llegar hasta aquí.
Pero Luis aunque esta noche no estaré, con toda la peña, en casa de Esteban, ni lo estaremos nunca más, esa foto en blanco y negro explica mi infancia, aquella en la que vosotros construisteis mi carácter y mis limitaciones. Por lo que todavía puedo brindar aún mil veces más escanciando lo que resta de la vida en esas antiguas copas, que me regalasteis y que aun no están tan rotas.

lunes, 19 de octubre de 2009

Traus

Com puc trobar la sortida dins d’aquesta escletxa tan minsa? Com trobar la resposta en aquest forat tant fosc? Com travessar-ho? Com fugir per aquest trau tant poc profund? Com alliberar-se en aquest bosc tant enredat? Si quan m’endinso en tu, ni pot passar la llum. Si ara que suem com bèsties forçades a llaurar la vida i la terra, xops i enganxosos, no hi ha espai entre tu i jo. Lapa i pedra alimentant-se d’escuma de mar.
Com pot estar mi raó dins teu? Si ja he buscat més enllà de la teva pell? Segur que m’enlluernes. Segur que és un miratge. Segur que només és sexe, pur i simple, meravellós sexe.
Nàufrag, segur que és l’aigua salada, que hi bec només perquè tu la destil·les per mi, la que m’embogeix.
Ferit, segur que és la sang que abandona mi raó, seguint els crits militars que en criden des del teu entrecuix, la que no em deixa entreveure el camí, la pregunta i la solució.
Perdut, només sé que ara que he de subjectar-me als llençols per poder suportar amb dignitat la violència del teu envit i no rendir la plaça abans que tu, tot lo futur m’importa menys que zero, tot lo passat s’esvaeix, tot lo present no existeix, i el meu cos no té pes i em sento morir. Potser viure no té sentit, potser morir ha de ser avorrit, potser és només aquí que puc sentir.

jueves, 8 de octubre de 2009

Nos ha costado dios y ayuda llegar hasta aquí

Nos ha costado dios y ayuda llegar hasta aquí, desde la nada y la oscuridad, desde la antimateria y el big bang, desde la bipartición de las células, desde la antidiluviana ameba hasta hoy aquí, bajo estas luces desde donde todo lo cuestiona el cambiante homus eocunomicus dubitativus.
Un número inabarcable de ensayos terminaron en error, millones de mutaciones no llevaron a nada, incontables especies extinguidas quedaron en el camino y tantas veces tropezamos con la misma piedra. Y aunque un paso para adelante y dos pasos para atrás es una cadencia que no permite alcanzar mucha velocidad, no se puede cuestionar: ahora, aquí.
A pesar de los inmovilistas, en contra de los fanáticos, con sorpresa de los escépticos, para fastidio de los pesimistas y de los incrédulos, ahora estamos justo aquí. Tan lejos del origen de todas las cosas, tan cerca de la ciencia-ficción, mucho más lejos de lo que ellos, carentes de imaginación, llegaron jamás a soñar, pero aún tan lejos de donde sólo nosotros vemos que tan pronto vamos a llegar.
Nos ha costado dios y ayuda llegar hasta aquí: Lágrimas derramadas, batallas perdidas, sangre vertida, vidas malogradas de anónimos héroes que confiaron en este lento pero constante avance que, poco a poco, nos aproxima al horizonte y no tiene vuelta atrás.
Ni vuelta atrás, ni freno posible. Pues ante cualquier obstáculo, ante cualquier impedimento, tomamos aire, resistimos y nos crecemos todos y cada uno de los que hemos aprendido que no hay ni habrá nunca un punto final en este camino que se hace al andar.
Y oídos sordos ante los viejos alarmistas caducos que vuelven otra vez más a anunciar que nos abocamos al abismo, que se acerca el argamedón, el apocalipsis y el juicio final, que la civilización se desintegra, que todo va de mal en peor y cualquier tiempo pasado fue mejor. ¿Alguien quiere volver atrás? Yo quiero ahora, aquí.
A mi, también, me ha costado dios ayuda llegar hasta aquí. Millones de combinaciones aleatorias y azares fueron necesarios para partir desde el lugar/momento donde nací. Ambiente, herencia, miles de circunstancias y un yo de consistencia variable. Tantas vueltas dadas por tantos caminos no elegidos y, de noche, tantas vueltas dadas en la cama nervioso por lo no ocurrido, incrédulo por lo que había pasado o por lo que no iba a pasar. Tantas elecciones relativamente acertadas o aparentemente equivocadas. Tantas colisiones precipitadas, tantos cambios de rumbo, tantas reacciones inesperadas. Tantas lesiones provocadas, tantas enfermedades imaginadas, tantas vacunas innecesarias, tantos duelos interminables, tantos momentos efímeros, tantas muertes aparentes, tantas lecciones olvidadas tantas equivocaciones necesarias para aprender cuatro cosas y ahora otros 100 textos para poder sobrevivir. Tantas tachaduras, tantos borrones llenan mi tiempo ocioso y todos estos renglones, tantas palabras de charlatán para contarte mi vida, para dibujar sólo otro garabato, para explicarme la vida.