lunes, 31 de diciembre de 2018
Nadala 2019
Como de costumbre, justo antes de que este año se agote exhausto, siso, en el último momento, un instante para ensamblar con piezas usadas un buen montón de buenos deseos para que se nos hagan realidad durante el próximo Año Nuevo que está a punto de comenzar.
Deseos perennes, siempre bien recordados: Paz, amor, solidaridad, alegría y rauxa. Y otros horneados hoy mismo para gozarlos bien tiernos:
Que nos duela el dolor ajeno,
que comprendamos los motivos del otro,
que defendamos derechos de desconocidos como nuestros
que nos sintamos cómodos en la piel ajena.
Que los éxodos acaben en felices retornos y dichosos reencuentros,
que las mujeres no tengan que ser valientes,
que los niños puedan romper todos los estereotipos y ser diferentes.
Que nadie haga oídos sordos,
que no desfallezcas,
que no des un paso atrás.
Que se calienten los corazones y se enfríe el planeta,
que los bosques lleguen al mar,
que los cuentos nunca acaben mal,
que no nos digan que por este sueño no se puede pasar.
Que nadie se quede atrás,
que todo el mundo tenga tiempo para equivocarse y rectificar,
tiempo para escuchar a los mayores, jugar con los pequeños, ensimismarse y bailar con todos.
Y que en cada día haya algo que valga la pena,
y que ganen las causas perdidas,
y que aprendamos de los errores e, incluso, de los aciertos,
y que aunque no lleguemos, sigamos y no paremos.
Y,y,y… que en el camino nos sorprendan los abrazos,
se nos crucen las sorpresas,
nos impacten los besos
nos meza el viento,
Feliz año nuevo.
martes, 4 de septiembre de 2018
El extraño consenso mundial
Este
mundo es una mierda, hace agua por donde quieras que lo mires, todo son
problemas y conflictos: hambre, guerras, enfermedades, sequias, contaminación,
corrupción, explotación y el largo etcétera que desees detallar. Pero ante
semejante desastre existe un extraño y absurdo consenso mundial que dice:
contengamos los problemas, en vez de proponer: solucionemos los problemas.
Así,
para contener la huida hacia la salvación de los inmigrantes que escapan de
guerras o del hambre, propone la construcción de muros y alambradas, la
devolución en caliente de los náufragos, la financiación de campos de
refugiados en países pobres, inestables o bajo regímenes dictatoriales o
directamente criminales y, además propaga la peniafobia o miedo a los
pobres; en vez de promover medidas contra los gobiernos en guerra y soluciones
para el desarrollo de los países pobres, que sí existen.
Así,
para contener el cambio climático, el aumento de la temperatura y el deshielo
de los polos propone el negacionismo, moratorias al uso de fuentes energéticas
sucias, gravámenes contra la autoproducción energética (como el impuesto al
sol) el traslado de la responsabilidad a los países pobres y la caducidad
programada de los productos; en vez de promover la economía circular, la
substitución energética, la reducción de la producción y un impuesto ambiental
real.
Así,
para contener la exclusión social y la pobreza en los países desarrollados,
publicita que los pobres son vagos o maleantes ajenos a los designios del Señor
y propone míseras ayudas temporales que condenan a sus preceptores a vivir
en vilo o padecer frío, déficit nutricional, ausencia de cuidado médico y
los expone a desahucios y enfermedades mentales consecuencia de vivir con el
miedo metido en el cuerpo a diario; en vez de promover una renta garantizada
universal y un salario mínimo decente que evite la existencia de trabajadores
pobres.
Así,
para contener la corrupción y los abusos de posición, propone leyes repletas de
vericuetos legales, sistemas judiciales lentos que permitan la caducidad de las
causas, tribunales específicos atávicos y oscuros, una justicia ciega que sólo
escucha a quien le suena más la cartera, sistemas de adjudicación pública
opacos, premios al espabilado; en vez de promover sistemas eficientes y ágiles
o normas sencillas sin especificidades.
Así,
para contener el auge del fascismo, la intolerancia y la discriminación,
propone permisividad con los violentos, fuck news y rumores infundados,
subvenciones a grupos intolerantes si les bailan el agua y negacionismo; en vez
de permisividad cero, defensa a ultranza de los derechos fundamentales y
educación en la igualdad, el respeto y la tolerancia.
Ante
este mundo de mierda, es extraño que tanta gente crea que no hay otra solución,
que estamos mejor que nunca, que siempre fue así, que siempre ha habido ricos y
pobres, que si no estás conmigo estás contra mí, que las cosas no pueden
cambiar. Es extraño que haya más personas preocupadas por mantener lo poco, que
confiadas en cambiar las cosas a mejor. Hay que reconocer el éxito de los lobos
que consiguen mantener al rebaño atemorizado y obediente, que han enseñado a la
vaca a ordeñarse sola, al cerdo a amputarse los jamones y a las ovejas a
proteger sus privilegios y riquezas. Debe ser que nos hemos acostumbrado a
elegir entre lo malo y lo peor, en vez de abrir nuevos caminos.
martes, 21 de agosto de 2018
Id y limpiad las calles
Todo debería
estar limpio, a punto para revista. Todos deberías ser normales y pensad como
yo o, al menos, lo que yo quiero que penséis. Así nuestra vida sería más fácil
y todo el rebaño contento. Al menos, los disidentes, si no teméis, deberías
esconderos y no hacer ruido, en vez de hacer alarde de vuestra alegría desvergonzada por plazas
y mercados.
Ciudadanos
Populares se mesan los cabellos y se rascan sus urticarias porque pasean por
calles repletas de lazos amarillos (o porque otros lo tienen que hacer), pero
son inmunes a la pobreza, los sintecho, los pisos vacíos, las manchas de orines, las colillas,
la publicidad sexista, los chicles o las cacas de los perros; las cosas
normales.
Ciudadanos
Populares han llamado a sus huestes a una labor cívica: limpiar las calles de
lazos amarillos y otros símbolos que les desagraden; dejan a otros las labores
menos importantes, como contar menores desamparados residiendo en la vía
pública, acompañar ancianos, plantar árboles o recoger plásticos abandonados en
las playas.
A los Ciudadanos
Populares no les gusta que otros ocupen el espacio público. Abominan y se
santiguan cuando tienen que pasar por delante de un símbolo contrario a su
pensamiento sea este amarillo, rojo o violeta. Y no saben porque no se reforma
el código penal, la ordenanza municipal, las normas administrativas para evitar
que nadie diga lo que piense, para coartar de una vez por toda la libertad de
expresión y tener que escuchar una opinión diferente, que esto antes no pasaba.
A los
Ciudadanos Populares les asusta que haya personas que vivan fuera de su relato
inventado, que no crean lo que dicen sus altavoces, que no oigan lo que repiten
sus mass medias, que no sintonicen Tele5 o la Razón. Les asusta que haya
personas que piensen diferente, hagan cosas distintas, tengan prioridades
excéntricas, y se solidaricen con presos políticos o raperos, aunque no piensen
como ellos.
Los
Ciudadanos Populares han hecho una llamada a su propia yihad, incitan a sus
huestes a arrancar lazos amarillos, a pisar los castillos de arena levantados
por los niños, a gritar cuando susurra el poeta, a romper las guitarras y pisar
la hierba. Y a la llamada, claro está, acude lo mejor de cada casa, los niños
bobos que harán el trabajo sucio gratis para los marionetistas.
Ciudadanos
Populares no crean símbolos, destruyen los ajenos. No sueñan futuros, frenan,
defienden pasados. Están condenados al fracaso.
jueves, 16 de agosto de 2018
Eliminar el groc
Sólo los
fascistas se ofenden por la existencia de los diferentes y persiguen los
símbolos de los otros. Sólo ellos se saben iluminados por una verdad absoluta
que los hace superiores a todos los demás. Supremacía que les permite imponer a la chusma
su modelo de conducta a hierro y fuego.
Son ellos
quienes trataron/tratan las otras sexualidades como una enfermedad y
condenaron/condenan a los diferentes al pecado, el manicomio, la cárcel o la
lapidación
Son ellos
quienes tratan a la mujer como un ser infantil y trataron de impedir/impiden el
derecho a decidir sobre su cuerpo, o como un objeto sexual de uso propio y
trataron de impedir/impiden su propio goce o hacen prevalecer su deseo
personal.
Son ellos
quienes buscaron excusas/excusan el dolor del extranjero para justificar el
expolio que beneficia sus condiciones de vida. Ellos los que construyen fronteras,
instalan concertinas, eliminan los testigos, realizan devoluciones en caliente,
contratan criminales para que el hambre y la muerte no manche ni la
tranquilidad de sus playas ni el sueño de sus noches. Ellos, los mismos que se
benefician del tráfico de personas, de los ilegales dispuestos a trabajar por
menos, de los secuestrados obligados a lo indecible.
Es a ellos a
quien les ofende el amarillo que reverbera por las calles que serán siempre
nuestras. Son ellos los que no tienen la necesidad de convencer, pues reprimen.
Son ellos los que no abanderan un símbolo propio, sino que eliminan la
expresión ajena. Pues ellos tienen la santa razón de su lado. No importa los
pocos que sean mientras puedan valerse de su brazo armado. No importa que hayan
de importar ajenos para ser bulto o financiar mercenarios, pues ellos tienen la
santa razón de su lado.
Los diferentes,
ajenos a sus aspavientos, desprovistos de una razón absoluta, sin las
soluciones a las preguntas, sin ganas de convencer/normalizar al otro, mientras
tanto, resistimos y nos multiplicamos día tras día, estación tras estación,
llaços grocs, hojas amarillas, siempre en defensa del que piensa diferente a lo
que pueda pensar yo, siempre en el camino hacia lo inevitable.
lunes, 13 de agosto de 2018
Miren ustedes para otro lado
Ladies and gentelmans, señores y señoras, miren para otro
lado, preocúpense en otras cosas mientras les bajo los pantalones y les birlo
la cartera, nos dicen con sonrisa profident todos los días los poderosos y
nosotros comulgamos con rueda de molino.
Nos preocupamos de ser ocurrentes en twitter y quedar monos
en Instagram pero no tanto de tributar menos que los poderosos y las grandes
compañías.
Nos preocupamos de los fichajes del futbol y las bodas de
las celebretis pero no tanto de los amaños en los contratos públicos y de lo
que nos cuesta rescatar a las empresas privadas.
Nos preocupamos por el final de Juego de Tronos o el Cuento
de la Criada pero no de como se ha gestado la fortuna privada de nuestro
monarca.
Nos preocupamos porque el vecino se quiere independizar pero
no por ser más eficientes en nuestra gestión y recortar los privilegios a
nuestros terratenientes.
Nos preocupamos porque no funciona el aire acondicionada del
metro pero no por los dramas del Mediterráneo y tras el Mediterráneo.
Nos preocupamos por la
molestia de los manteros y no por todos los trabajadores que empleamos sin
contratro o con contratos de muchas menos horas de las trabajadas.
Nos preocupamos en lo
que nos dicen que nos preocupemos y así nos va.
martes, 15 de mayo de 2018
Sociedad Fracturada
En los últimos meses los
dinamiteros con cara de no haber roto nunca un plato han puesto de moda la
expresión sociedad fracturada para referirse inexplicablemente sólo a
Catalunya. Es cierto que Catalunya es una sociedad fracturada, dispar y en
continuo conflicto, como cualquier sociedad de su entorno. Miles son los
conflictos dialectos que conviven coetáneamente:
§ Entre
ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más precarios, pues los datos
indican que crece la desigualdad.
§ Entre
contribuyentes que pagan religiosamente por sus rentas del trabajo y personas y
sociedades que casi no contribuyen gracias a las socimis i otros ingenios sólo
para ricos.
§ Entre
persones empleadas y parados de muy larga duración.
§ Entre
persones ofendidas de piel muy fina y ofendidos gravemente que nunca han
escuchado nada parecido a la palabra perdón.
§ Entre
hombres remunerados y mujeres menos remuneradas por trabajos de igual categoría.
§ Entre
peatones y skaters, patinadores, patinetes
§ Entre
religiosos fundamentalistas de cualquier credo y descreídos librepensadores
§ Entre
preadolescentes con más peligro que una gaseosa y nonagenarios solitarios que
implosionan a la menor sacudida.
§ Entre
usuarios de servicios privados (sanidad y educación) y usuarios de servicios
públicos.
§ Entre
defensores de acoger refugiados y los de los de aquí primero.
§ Entre
los LGBT frienly y los homófobos
§ Entre
propietarios de apartamentos airbnb y vecinos que no pueden renovar su contrato
de alquiler
§ Entre
singles hípsters planificando su próxima escapada y cabezas de familia
planificando como sobrevivir hasta fin de mes
§ Entre
los defensores de los derechos de su vecino y los defensores sólo de sus
derechos.
§ Entre
seguidores de yotecreo y persones con claras dificultades para tratar con el
sexo contrario como iguales
§ Entre
los que reciclan y los que no recogen las mierdas de sus perros.
§ Entre
los que ven la paja en el ojo ajeno y los que tienen alergia a la memoria
histórica
§ Entre
veganos y los amantes de la tauromaquia.
§ Entre
portadores de lazos de color amarillo y cívicos arrancadores de lazos
§ Entre
tiffosi de un club y del club rival.
§ Entre
lectores de Le monde diplomatique, del Sport, de Cuerpomente, de Comic, de
Hola.
§ Entre
defensores de la unidad de la piel de toro por encima de la democracia y
defensores de enterrar en el baúl de los recuerdos el régimen del 76
§ Entre
taxistas y ciclistas.
§ Entre
titiriteros y raperos encarcelados y católicos bienpensantes que loan a Franco
§ Entre
sintechos y socios del Círculo Ecuestre, del Club Bilderbeg con abono en Davos.
§ Entre
seguidores de Bach, seguidores de Iron Maiden y perseguidores d’Elvis
§ Entre
liberales con tendencia a privatizar hasta los santos sacramentos y seguidores
del bien común y la remunicipalización de los servicios básicos
Todos reunidos en la misma
cola del supermercado, todas circulando por la misma plaza, todas disfrutando
del mismo sol, todos corriendo bajo la misma lluvia. Todos diferentes.
Pero algunos demagogos nos
cuentas que ellos vienen de una sociedad donde no hay ninguna fractura social
como en la bella España. Ellos que no se han caracterizado por intentar buscar
puntos de encuentro en ninguna de las anteriores fracturas relacionadas. Ellos
con ganas de inventarse conflictos donde no los hubo. Ellos que están
engordando por alentar el conflicto nacionalista. Ellos que no tienen ninguna
intención de mediar entre las partes, de solucionar el problema, sino de
utilizar el ruido para correr tras la presidencia de Madrid. Que no te engañen
lunes, 23 de abril de 2018
Amonestaciones a mi zurda
Nada he esperado nunca de los que avanzan por la derecha. De los que cortan el bacalao sé, desde jovencito, que sólo nos sueltan unas migas cuando los forzamos. Los políticos de esa cera están para proteger sus intereses e incrementar las fortunas de los ricos con el dinero de los pobres. Y a los obreros que los votan no los entiendo y, aunque sé que están manipulados por la educación, la iglesia, la publicidad … , no les eximo de toda responsabilidad, pues ejercer de ciudadano es un derecho y un obligación, aunque ser rebaño conlleve mucho menos trabajo que tener conciencia.
En cambio me duelen los silencios de los zurdos porque con ellos he recorrido muchos tramos del camino y espero seguir coincidiendo en muchas luchas. Es por eso que no les perdono que renuncien a principios que compartíamos, me escuece cuando les veo claudicar interesadamente y me rebela cuando me acusan de ser violento simplemente por discrepar.
Así les reprocho:
Justificar el manifiesto abuso del 155, que supone mancillar las instituciones y secuestrar la voluntad de la ciudadanía, dificultar la gestión diaria de la administración, retrasar la movilización de recursos destinadas ayudas sociales y también el abuso de destituir a cualquiera que no obedezca cabizbajo todos los dictados del poder central en su actividad pública o en su vida privada.
No denunciar el discurso inventado de la violencia en Catalunya, permitiendo que la ultraderecha diga que manifestarse en defensa de cualquier idea, pitar cualquier himno, canción o personaje público es violencia a la que se le pueda imputar un delito de odio y que los ciudadanos tremendamente democráticos y pacíficos que componen ejemplarmente los CDR son terroristas. Callar, bendiciendo con su silencio el dedo inquisidor.
Pasarse por el forro de los cajones la solidaridad interterritorial y sacar leña del árbol caído, reclamando obras de arte fielmente custodiadas, ofreciendo más prevendas para albergar sedes empresariales o congresos, impulsar la mesa de financiación sin los representantes de Catalunya para buscar consensos sin nadie que la defienda, sacando el codo para avanzar al desprotegido.
Cuestionar el modo en que educamos a nuestros hijos porque les enseñamos a respetar varias lenguas y a defender en la calle los derechos que les quieren recortar, explicándoles lo mejor que cada uno podemos las cosas raras que no paran de pasar.
Obviar la verdad cada vez que contradice nuestra postura y muchas otras cosas menudas que son aberraciones.
Pero decir que mi enfado no se extiende a todos los que se dicen zurdos, porque del dicho al hecho hay mucho trecho, y yo a algunos de los que usan este adjetivo nunca los reconocí como tales y nunca esperé tampoco nada de ellos.
En cambio me duelen los silencios de los zurdos porque con ellos he recorrido muchos tramos del camino y espero seguir coincidiendo en muchas luchas. Es por eso que no les perdono que renuncien a principios que compartíamos, me escuece cuando les veo claudicar interesadamente y me rebela cuando me acusan de ser violento simplemente por discrepar.
Así les reprocho:
Justificar el manifiesto abuso del 155, que supone mancillar las instituciones y secuestrar la voluntad de la ciudadanía, dificultar la gestión diaria de la administración, retrasar la movilización de recursos destinadas ayudas sociales y también el abuso de destituir a cualquiera que no obedezca cabizbajo todos los dictados del poder central en su actividad pública o en su vida privada.
No denunciar el discurso inventado de la violencia en Catalunya, permitiendo que la ultraderecha diga que manifestarse en defensa de cualquier idea, pitar cualquier himno, canción o personaje público es violencia a la que se le pueda imputar un delito de odio y que los ciudadanos tremendamente democráticos y pacíficos que componen ejemplarmente los CDR son terroristas. Callar, bendiciendo con su silencio el dedo inquisidor.
Pasarse por el forro de los cajones la solidaridad interterritorial y sacar leña del árbol caído, reclamando obras de arte fielmente custodiadas, ofreciendo más prevendas para albergar sedes empresariales o congresos, impulsar la mesa de financiación sin los representantes de Catalunya para buscar consensos sin nadie que la defienda, sacando el codo para avanzar al desprotegido.
Cuestionar el modo en que educamos a nuestros hijos porque les enseñamos a respetar varias lenguas y a defender en la calle los derechos que les quieren recortar, explicándoles lo mejor que cada uno podemos las cosas raras que no paran de pasar.
Obviar la verdad cada vez que contradice nuestra postura y muchas otras cosas menudas que son aberraciones.
Pero decir que mi enfado no se extiende a todos los que se dicen zurdos, porque del dicho al hecho hay mucho trecho, y yo a algunos de los que usan este adjetivo nunca los reconocí como tales y nunca esperé tampoco nada de ellos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)