martes, 21 de agosto de 2018

Id y limpiad las calles


Todo debería estar limpio, a punto para revista. Todos deberías ser normales y pensad como yo o, al menos, lo que yo quiero que penséis. Así nuestra vida sería más fácil y todo el rebaño contento. Al menos, los disidentes, si no teméis, deberías esconderos y no hacer ruido, en vez de hacer alarde de vuestra alegría desvergonzada por plazas y mercados.

Ciudadanos Populares se mesan los cabellos y se rascan sus urticarias porque pasean por calles repletas de lazos amarillos (o porque otros lo tienen que hacer), pero son inmunes a la pobreza, los sintecho, los pisos vacíos, las manchas de orines, las colillas, la publicidad sexista, los chicles o las cacas de los perros; las cosas normales.

Ciudadanos Populares han llamado a sus huestes a una labor cívica: limpiar las calles de lazos amarillos y otros símbolos que les desagraden; dejan a otros las labores menos importantes, como contar menores desamparados residiendo en la vía pública, acompañar ancianos, plantar árboles o recoger plásticos abandonados en las playas.

A los Ciudadanos Populares no les gusta que otros ocupen el espacio público. Abominan y se santiguan cuando tienen que pasar por delante de un símbolo contrario a su pensamiento sea este amarillo, rojo o violeta. Y no saben porque no se reforma el código penal, la ordenanza municipal, las normas administrativas para evitar que nadie diga lo que piense, para coartar de una vez por toda la libertad de expresión y tener que escuchar una opinión diferente, que esto antes no pasaba.

A los Ciudadanos Populares les asusta que haya personas que vivan fuera de su relato inventado, que no crean lo que dicen sus altavoces, que no oigan lo que repiten sus mass medias, que no sintonicen Tele5 o la Razón. Les asusta que haya personas que piensen diferente, hagan cosas distintas, tengan prioridades excéntricas, y se solidaricen con presos políticos o raperos, aunque no piensen como ellos.

Los Ciudadanos Populares han hecho una llamada a su propia yihad, incitan a sus huestes a arrancar lazos amarillos, a pisar los castillos de arena levantados por los niños, a gritar cuando susurra el poeta, a romper las guitarras y pisar la hierba. Y a la llamada, claro está, acude lo mejor de cada casa, los niños bobos que harán el trabajo sucio gratis para los marionetistas.

Ciudadanos Populares no crean símbolos, destruyen los ajenos. No sueñan futuros, frenan, defienden pasados. Están condenados al fracaso.

jueves, 16 de agosto de 2018

Eliminar el groc


Sólo los fascistas se ofenden por la existencia de los diferentes y persiguen los símbolos de los otros. Sólo ellos se saben iluminados por una verdad absoluta que los hace superiores a todos los demás. Supremacía que les permite imponer a la chusma su modelo de conducta a hierro y fuego.

Son ellos quienes trataron/tratan las otras sexualidades como una enfermedad y condenaron/condenan a los diferentes al pecado, el manicomio, la cárcel o la lapidación

Son ellos quienes tratan a la mujer como un ser infantil y trataron de impedir/impiden el derecho a decidir sobre su cuerpo, o como un objeto sexual de uso propio y trataron de impedir/impiden su propio goce o hacen prevalecer su deseo personal.

Son ellos quienes buscaron excusas/excusan el dolor del extranjero para justificar el expolio que beneficia sus condiciones de vida. Ellos los que construyen fronteras, instalan concertinas, eliminan los testigos, realizan devoluciones en caliente, contratan criminales para que el hambre y la muerte no manche ni la tranquilidad de sus playas ni el sueño de sus noches. Ellos, los mismos que se benefician del tráfico de personas, de los ilegales dispuestos a trabajar por menos, de los secuestrados obligados a lo indecible.

Es a ellos a quien les ofende el amarillo que reverbera por las calles que serán siempre nuestras. Son ellos los que no tienen la necesidad de convencer, pues reprimen. Son ellos los que no abanderan un símbolo propio, sino que eliminan la expresión ajena. Pues ellos tienen la santa razón de su lado. No importa los pocos que sean mientras puedan valerse de su brazo armado. No importa que hayan de importar ajenos para ser bulto o financiar mercenarios, pues ellos tienen la santa razón de su lado.

Los diferentes, ajenos a sus aspavientos, desprovistos de una razón absoluta, sin las soluciones a las preguntas, sin ganas de convencer/normalizar al otro, mientras tanto, resistimos y nos multiplicamos día tras día, estación tras estación, llaços grocs, hojas amarillas, siempre en defensa del que piensa diferente a lo que pueda pensar yo, siempre en el camino hacia lo inevitable.

lunes, 13 de agosto de 2018

Miren ustedes para otro lado


Ladies and gentelmans, señores y señoras, miren para otro lado, preocúpense en otras cosas mientras les bajo los pantalones y les birlo la cartera, nos dicen con sonrisa profident todos los días los poderosos y nosotros comulgamos con rueda de molino.

Nos preocupamos de ser ocurrentes en twitter y quedar monos en Instagram pero no tanto de tributar menos que los poderosos y las grandes compañías.

Nos preocupamos de los fichajes del futbol y las bodas de las celebretis pero no tanto de los amaños en los contratos públicos y de lo que nos cuesta rescatar a las empresas privadas.

Nos preocupamos por el final de Juego de Tronos o el Cuento de la Criada pero no de como se ha gestado la fortuna privada de nuestro monarca.

Nos preocupamos porque el vecino se quiere independizar pero no por ser más eficientes en nuestra gestión y recortar los privilegios a nuestros terratenientes.

Nos preocupamos porque no funciona el aire acondicionada del metro pero no por los dramas del Mediterráneo y tras el Mediterráneo.

Nos preocupamos por la molestia de los manteros y no por todos los trabajadores que empleamos sin contratro o con contratos de muchas menos horas de las trabajadas.

Nos preocupamos en lo que nos dicen que nos preocupemos y así nos va.