jueves, 8 de octubre de 2009

Nos ha costado dios y ayuda llegar hasta aquí

Nos ha costado dios y ayuda llegar hasta aquí, desde la nada y la oscuridad, desde la antimateria y el big bang, desde la bipartición de las células, desde la antidiluviana ameba hasta hoy aquí, bajo estas luces desde donde todo lo cuestiona el cambiante homus eocunomicus dubitativus.
Un número inabarcable de ensayos terminaron en error, millones de mutaciones no llevaron a nada, incontables especies extinguidas quedaron en el camino y tantas veces tropezamos con la misma piedra. Y aunque un paso para adelante y dos pasos para atrás es una cadencia que no permite alcanzar mucha velocidad, no se puede cuestionar: ahora, aquí.
A pesar de los inmovilistas, en contra de los fanáticos, con sorpresa de los escépticos, para fastidio de los pesimistas y de los incrédulos, ahora estamos justo aquí. Tan lejos del origen de todas las cosas, tan cerca de la ciencia-ficción, mucho más lejos de lo que ellos, carentes de imaginación, llegaron jamás a soñar, pero aún tan lejos de donde sólo nosotros vemos que tan pronto vamos a llegar.
Nos ha costado dios y ayuda llegar hasta aquí: Lágrimas derramadas, batallas perdidas, sangre vertida, vidas malogradas de anónimos héroes que confiaron en este lento pero constante avance que, poco a poco, nos aproxima al horizonte y no tiene vuelta atrás.
Ni vuelta atrás, ni freno posible. Pues ante cualquier obstáculo, ante cualquier impedimento, tomamos aire, resistimos y nos crecemos todos y cada uno de los que hemos aprendido que no hay ni habrá nunca un punto final en este camino que se hace al andar.
Y oídos sordos ante los viejos alarmistas caducos que vuelven otra vez más a anunciar que nos abocamos al abismo, que se acerca el argamedón, el apocalipsis y el juicio final, que la civilización se desintegra, que todo va de mal en peor y cualquier tiempo pasado fue mejor. ¿Alguien quiere volver atrás? Yo quiero ahora, aquí.
A mi, también, me ha costado dios ayuda llegar hasta aquí. Millones de combinaciones aleatorias y azares fueron necesarios para partir desde el lugar/momento donde nací. Ambiente, herencia, miles de circunstancias y un yo de consistencia variable. Tantas vueltas dadas por tantos caminos no elegidos y, de noche, tantas vueltas dadas en la cama nervioso por lo no ocurrido, incrédulo por lo que había pasado o por lo que no iba a pasar. Tantas elecciones relativamente acertadas o aparentemente equivocadas. Tantas colisiones precipitadas, tantos cambios de rumbo, tantas reacciones inesperadas. Tantas lesiones provocadas, tantas enfermedades imaginadas, tantas vacunas innecesarias, tantos duelos interminables, tantos momentos efímeros, tantas muertes aparentes, tantas lecciones olvidadas tantas equivocaciones necesarias para aprender cuatro cosas y ahora otros 100 textos para poder sobrevivir. Tantas tachaduras, tantos borrones llenan mi tiempo ocioso y todos estos renglones, tantas palabras de charlatán para contarte mi vida, para dibujar sólo otro garabato, para explicarme la vida.

No hay comentarios: