martes, 11 de noviembre de 2008

México Desorden General

Güero, güero, güerito welcome to México lindo, donde todo lo que deseas lo puedes comprar a diez pesitos en la ambulante o en abarrotes Treshermanos. Y para lo que la bolsa no llega, ruega a San Antonio de Padua, la Virgen de Guadalupe o San Judas Tadeo, que franquicias de la santaiglesia donde hacerse una limpia no faltan.
México donde nada de lo anunciado parece ocurrir, donde las promesas están siempre vacías. Donde la vida, llena de lágrimas, como canta Lila Downs, no vale nada y la muerte, para compensar, es el todo, es pura fiesta.
México a medio deshacer. México desordenado donde las ciudades no tienen principio, no se acaban, no tienen fin. Donde el espacio es infinito, la centralidad se desprecia y el suelo no vale nada.
México donde el ahorita mismo se eterniza, donde no hay dinero para pagar las prisas, donde el tiempo sobra. México donde los artesanos gastan horas que nadie paga, donde sobran las manos que nadie emplea en hacer todas las cosas que falta hacen.
México donde no hacen falta motivos para fiestas: calaveritas, calendas y carnavales. Donde ahorita mismo con unas chelas se organiza un reventón. Donde trago de tequila arriba, calle abajo, las chicas me sacan a bailar por puro güerito.
México estruendo de mariachi, cumbia tejana, son, calinda. Donde la gente no baila, donde nadie aplaude al artista.
México donde el sol cae a plomo y ciega el horizonte infinito. México de noches frías.
México de pueblos sin luz junto a playas vírgenes donde se esconden mediocres europeos agujereados en búsqueda de algo de glamour.
Y Oaxaca linda llena de mundos diferentes que hablan otras lenguas. Y San Cristobal de las Casas donde los Europeos vampirizan un mito encapuchado hace tiempo aletargado; donde los pobres gracias al turismo respiran un poco. México donde buceo entre peces de colores mientras me cuentas que llueve sobre mi lejano hogar.
Y Diego Rivera y Sequeiros pintando verdades en grandes murales. Y el Subcomandante, Pancho Villa, Viva Zapata gritando: tierra y libertad. Y los últimos cuatro comunistas vivos que sobrevieron a los ferrocarriles gritando por los magnavoces del zócalo: ¿quién perdió la esperanza? ¿qué charro vendió la revolución?
México de pirámides aztecas bajo iglesias coloniales, de rascacielos, terremotos y catedrales.
México de topes y vibradores, donde las carreteras alejan más que acercan, de autopistas de un sólo carril para ambos sentido de la circulación. México donde las casas habitadas parecen caerse y nada difiere de Bagdag.
México que ya quedó atrás. Y Moctezuma bailando entre mis tripas. Adiós huachinangos, chiles, tortitas, frijoles. Adiós desorden general. Ves haciéndome hueco que ahorita me regreso.

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