Todo lo que yo no veo, sólo lo veo yo.
Hago penitencia de algunos días feriados
y en verbena transforma los lunes más odiados.La vida, pese a lo que digan, no es tan sencilla
porque lo que dicen que ha de estar arriba, lo encuentras boca abajo.
Hago de lo más sencillo, lo más complicado.
Y aunque el baño esté siempre al fondo a la derecha,
la salida siempre está donde menos te lo esperas.
Y no todo final es un buen principio.
Digo lo que digo. Y luego digo: No!
Todo lo que yo no veo, sólo lo veo yo.
La gente que más conoces es la única que te sorprende.
Tu opinión muda en función de si eres juez o parte.
Sólo crees que es importante lo que no tienes.
Todo cambia de nombre cuando te pertenece.
Siempre quiero, al tiempo, replicar en misa y dar la
campanada,
porque a quien amanece temprano, buena sombra le cobija,y me pregunto con quien ando para saber quien soy,
pero a todas mis preguntas me respondo que sólo sé que no sé nada,
hasta que lo leo en la presa por la mañana.
Digo lo que digo. Y luego digo: No!
Todo lo que yo no veo, sólo lo veo yo.Y a pesar de tanto cambio y tanta contradicción
Seguir siendo el mismo es mi perdición.
No hay comentarios:
Publicar un comentario