lunes, 22 de diciembre de 2014

Vida o olvido

De repente me dijo: Podríamos buscar un lugar entre los matojos donde instaurar una república donde la única soberana sea nuestra pasión.
Le dije, titubeante: ¿Ahora mismo?
Me contesto: Luego es tarde –mientras me arrastraba- ahora es el único momento para devastar los zarzales, la única oportunidad para desnudarnos y hacer la revolución. Lo que no esté dentro de mí, será extranjero. Y nuestra piel arañada defenderá nuestra frontera de sus púas y sus alambradas.
Y, ¿Luego? –Le pregunté
Luego todo será historia – Me dijo- Quedará atrás el tiempo heroico de las proezas. Por eso no te tardes que ya me estoy bajando las faldas. Y durante un tiempo no existirá el tiempo. Más tarde. Cuando despertemos, quien sabe si nos habremos convertido en rutina o en olvido.
No dude más. No demoré más y aplasté la vegetación bajo sus rotundas nalgas.

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