lunes, 18 de agosto de 2008

Welcome Home

Fin de trayecto. Regreso a casa con los ojos verdes, azules y grises. Bosques nórdicos, cielos azules, asfalto gris. Mojado hasta los huesos. Las piernas castigadas. Satisfecho de haber alimentado a la mitad de los mosquitos de Finlandia. Renos que casi se pueden tocar con las manos, el círculo polar ártico y toda el agua de los 1.000 lagos. Satisfecho del esfuerzo. Asombrado de los recursos que guardaba, sin saberlo, en el armario. Las rodillas aún temblando. Feliz y cansado. Ya no son nada los cientos de kilómetros recorridos. Todos caben en mis recuerdos. Descansa mi bicicleta con las ruedas deshinchadas. Duermo todo el cansancio. Pero ya sueño... con volver a llevar el viento a la espalda, con atravesar lentamente otro lugar remoto.

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