
Poca luz. Poca gente en los parques. Durante la semana, ninguna victoria.
Aún así, vida:
Miles de transeúntes esquivándose para no colisionar. Miles de peatones cruzando sus trayectorias a la nuestra. Y tras sus anónimos rostros grises o apresurados, agazapada vida, descarada vida: penas, preocupaciones, aburrimiento, respiraciones, pasiones,… alegrías.
Y sin pensar en nada, allí, junto a ti, la Vida.
Aún intentando mantener la mente en blanco, cientos de personas atraviesan tu cerebro, protagonizando recuerdos, anhelos, deseos.
Y al margen de tu control, mientras cruzas las calles o atraviesas las páginas en blanco, apareces y desapareces de los cerebros de unos u otros. Independiente Vida que camina sin preguntar, sin pedir permiso, sin esperar.
Quizás mañana te diga alguien: -Ayer pensé en ti.
Y, como sobre la calle cae fina y parsimoniosa la lluvia lenta, sobre mis huesos cae parsimonioso y húmedo el tiempo. Nada más que tiempo lento, sin música.
Aún así, vida. Así, vida.
Hoy de momento, nada más que celebrar. Sólo la Vida.
Fotografia: Jhononabike