En la bajamar mi cuerpo como seco arrecife te aguarda, como molusco hambriento te espera. Naufrago sediento aguarda tu retorno a su orilla. Hasta que, sin más, tus tropas desembarcan en mi playa, toman posiciones, borran antiguas huellas y mensajes escritos en la arena, refrescan mis pies, despiertan mis tentáculos, se filtran por las grietas de las rocas, sumergen mis defensas, remolinan mis cabellos.
Y en la pleamar soporto tus envites, tus olas me erosionan, tu espuma se seca sobre mi piel grabando tatuajes efímeros de significado encriptado.
Flujo y reflujo. Constante y continuo.
Y tras el temporal, tu calma. Tus aguas arrastran hasta mis costas los restos de tu propio naufragio. Y en mis antiguas arenas, languidecen tus horas. Sin más, sin hacer nada más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario