Las palabras deben ser las cosas más mancilladas del orbe
terrestre. Los demagogos y los mentirosos las encuentran indefensas y las
secuestran fácilmente. Luego a base de repetir la mentira cientos de veces
intentan hacerla pasar por verdad, cosa fácil de lograr si cuentas con la
colaboración de los voceros: tertulianos, editorialistas y medios de
comunicación en general.
Son deshonestos (por decir algo suave) los que tergiversan
las palabras con la finalidad de engañar o confundir. También son deshonestos
los que conociendo o pudiendo conocer el engaño no lo combaten por puro interés.Empecemos:
Políticos presos: se dice de los representantes electos por la
ciudadanía que en el ejercicio de su cargo público en la administración son
detenidos como consecuencia de un mal uso de su responsabilidad: tráfico de
influencias, malversación de caudales públicos, prevaricación, apaño de licitaciones,
falsedad en documento público o contra la hacienda pública son los delitos más
conocidos; pero en este país estas conductas han llevado a muy pocos la cárcel,
porqué siempre cuesta mucho demostrar su autoría antes de que prescriban, sobre
todo, si se alargan injustificadamente su instrucción o cuesta encontrar con avezados
peritos que pueden desencriptar jeroglíficos como m. En estos casos y a pesar
del riesgo de reiteración delictiva, no se considera habitualmente la prisión
preventiva, ni los partidos políticos exigen la dimisión de sus cargos hasta
que haya sentencia firme y se alega falta contra la honra, si alguien les trata de ladrones una
vez conocida la sentencia, si esta está recurrida. También sería preso político
aquel cargo público inculpado por diseñar u ordenar la constitución de un grupo
paramilitar para luchar contra el terrorismo, por ejemplo.
Por tanto, la definición de político preso exige el
ejercicio de un cargo público, si esta circunstancia no concurre, por fuerza. ha
de ser otra cosa. Por lo que en el ejemplo catalán actual, Jordi Cuixart i
Jordi Sánchez no pueden ser políticos presos, al ser persones que lideraban
asociaciones independentistas ajenas a cualquier administración.
Presos políticos: la Wikipedia dice que son aquellos
detenidos por motivos políticos, o aquellos que la duración de su detención es claramente
desproporcionada con respecto al delito del que se ha declarado culpable o se
sospecha que fue cometido, o aquellos detenidos fruto de procedimientos que
fueron claramente injustos, o aquellos cuya detención ha sido efectuada violando
alguna de las garantías fundamentales establecidas en el Convenio Europeo de
Derechos Humanos.
Esta definición, en el actual ejemplo catalán, da cobijo
sin esfuerzo al conjunto de los encarcelados. Pues los delitos de malversación
que se les imputa no deberían suponer limitación preventiva de la libertad y la
organización de un referéndum de considerarse susceptible de constituir delito (por
demostrar) debería ser vista en el Tribunal Consitucional y no en el Tribunal
Supremo que sólo trata de lo penal.
Y ¿los delitos de sedición y sublevación cuando no ha
habido violencia? Estos son un claro ejemplo uso de la tergiversación de las
palabras y las leyes, de relato-ficción. Estos 2 delitos que recogen casi todos
los ordenamientos jurídicos de todos los países, ideados contra las posibles
personas que podrían liderar un golpe de estado violento a lo Tejero con sus
tanques en la calle y todo, se ha querido extender a aquellos que han defendido
pacíficamente la celebración de un referéndum, antes que este se celebrase.
Y ¿encarcelar a unos
por las penas de los otros? En toda vista preliminar para determinar las
medidas cautelares, el juez tiene la obligación de adoptar decisiones de forma
individual para cada imputado únicamente en función de los delitos que a este
se le imputan. Y nunca puede repercutir sobre su causa, la conducta de otro,
aunque este otro sea parte imputada en la misma causa. Así no se podría alegar
desacato a la autoridad a A por el escupitajo propiciado al juez por B. Y por
tanto no se puede alegar riesgo de fuga a una persona A que acude dos veces (o
todas las que es llamado) a declarar delante del juez, porque B no se ha
presentado. Es absurdo, pero además es prevaricación.
Y si todas estas anomalías las está protagonizando un juez,
la deshonra también se extiende a todos los políticos, periodistas, analistas
que en posesión de una educación media y conocedores de la burla, no las
desmienten en beneficio propio (medrar en su carrera) o de otros. Colaboradores necesarios de la difusión de la culpable mentira.
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