lunes, 19 de enero de 2009

Irse de rositas

Estoy absolutamente convencido que es cierto lo que Ellos, los pomposos, me dicen y soy yo el sectario, el alarmado y el desconocedor de la historia y la realidad de este sufrimiento. No soy capaz de leer por mi mismo el balance de víctimas, tantas de sangre Palestina, tan pocas en el debe Israelí. No comprendo en su justa medida la descompensación de unas fuerzas que realmente están igualadas entre una Palestina cercada y aislada internacionalmente y un Israel que cuenta con el apoyo internacional y el poder, el dinero y la influencia de los poderosos judíos de la diáspora. No entiendo, debido a mis cortas luces, la equiparación del miedo y el sufrimiento padecido por las dos poblaciones civiles: la Palestina de Gaza bombardeada hasta la saciedad, hasta la extenuación, hasta que ninguno de sus niños no hayan entendido lo fácil que es morir; y la Israelí protegida por uno de los ejércitos más poderosos y más bien armados del mundo. Mis limitaciones me impiden comprender como todavía se denomina terroristas a la población invadida y masacrada, como se les llama pueblo víctima al estado fascista opresor que masacra, tortura y mantiene en un guetto alambrado a los diferentes por pobres y usurpados.
Por favor, explicadme hasta cuando le durará el crédito del holocausto al estado sionista para ejercer el mismo el genocidio a cuenta del pasado. Explicadme por qué tantas condenas de la ONU contra el estado de Israel no han conllevado un embargo internacional para este estado que ejerce el terrorismo contra sus vecinos. Explicadme cómo se le permite al ejercito Israel bombardear centros de refugiados bajo la bandera de la ONU e incluso su sede central dejando sin leche en polvo con que atender las necesidades de los recién nacidos y que ningún gobierno llame a sus embajadores a consultas. Explicadme cuánto dinero invierte Israel en España para que no podamos decir ni mú.
Pero no me digáis simplemente que me equivoco, porque la estrategia de terror sistemático empleada por Israel en Gaza este mes de enero ha sido programada, alevosa, medida, cuadriculada ocupando los vacíos de atención entre el año nuevo cristiano y la toma de posesión del nuevo mesías Obama, el de las manos atadas. Pero no me digáis que me equivoco simplemente, porque la cruenta operación de castigo contra la población civil de Gaza, contra sus equipamientos, contra su economía ha estado milimetrada y es la repetición del castigo que ya inflingió Israel al norte del Líbano. Sólo explicadme por qué se repliegan ahora como si nada, por qué se han de ir de rositas sin ningún castigo internacional, por qué no sabemos distinguir quienes son los culpables, por qué no aprendimos nada de todo el pasado.

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