jueves, 30 de diciembre de 2010

Cuentos de Minuto, III

Don Minuto de la Mancha fue tomado por loco por contemporáneos, críticos literarios e historiadores por lanzarse a combatir como un titán contra las aspas de unos molinos gigantes como segunderos. Pero más cuerdo que nadie atrasó la cuerda del reloj que marcaba cruelmente su paso por esta novela y poder extender así su vida durante cien segundos, sisándole cuarenta a la parca, que dedicó por completo a su loco y consciente amor por esta vida imperfecta, al que bautizó Dulcinea.

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