miércoles, 22 de diciembre de 2010

Nadala 2011

Como viene siendo costumbre, justo antes de que se nos deshilache el año, reservo con celo, a pesar de las prisas que impone esta vertiginosa cuenta atrás, cinco minutos de paz desde donde desearte que se te hagan realidad un montón de deseos durante el Año Nuevo que está a punto de comenzar. Busco siempre entre todas esas pequeñas maravillas gratis que debemos recuperar de entre las cosas que ya nadie tiende a apreciar: Paz, amor, tranquilidad, alegría y rauxa para poder enfrentar los días de crisis que vamos atravesar. Y en especial para este año, que pintan bastos, te deseo:
Que, por una vez, la banca no gane la partida.
Que nos repartan buenas cartas y nos alumbren todos los faroles.
Que tengamos quien nos preste otra moneda cuando leamos game over.

Que cierren este casino y que todos los juegos sean de niños.
Que siempre nos salgan dos seises y un cinco para llegar pronto a casa.
Que por el camino, les cantemos las 40, y no perdamos una sola ficha.

Que el guiñol no se deje meter mano y la marioneta domine sus hilos.
Que a nuestro caballo no se le acaben las pilas.
Que no te encuentre a faltar en el corro de mi patio particular.

Que nunca nos quedemos mirando el partido desde el banquillo.
Que sepamos cambiar las reglas, para que cuando ganemos, ninguno pierda.
Que como buenos peones sepamos defender nuestra reina.

Que elijamos siempre hacer el indio y jugar a las cocinillas.
Que nos guiñen el ojo cuando se acabe la partida de mus.
Que juguemos a los médicos en cada momento y lugar.

Que no nos pillen los polis, que no dejemos a nadie escondido.
Que siempre haya algo entero en el puchero del abuelo.
Que el papel siempre gane a la piedra.

Que siempre recordemos que, hasta el final, nos quedará Kamchatka.
Que nos tomemos la vida en serio y nos la juguemos en todo momento.
Que el último en caer, salve por todos.

Que nos busquen, nos usen y nos amen.

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