domingo, 16 de enero de 2011
Cuentos de Minuto, V
Caperucita y el minuto feroz. Acostumbrada a hacer caso a las instrucciones, consejos y advertencias de su mamá, así como a cumplir a pies juntillas con las buenas costumbres, la joven de rojo no estaba preparada para enfrentarse a un Minuto así. En un cerrar de ojos, su entrepierna se licuaba, sus bragas se enredaban en uno de sus tobillos y era estrechada salvajemente entre los brazos del desconocido y llenada de efímero tiempo. Desde entonces Caperucita se volvió feroz y sorbía la vida en cada segundo que se le cruzaba.
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