lunes, 21 de abril de 2008

Defectos esperados en Viernes

Que me interrumpa cuando hablo o que, en su defecto, hable mucho más que yo y me obligue a escuchar.
Que se duerma abrazándome sin dejarme mover o que, en se defecto, se despierte abrazada a mi.
Que me saque los colores o, que en su defecto, me haga preguntas que no sepa responder.
Que me eclipse o que, en su defecto, la gente ya no pregunte por mí.
Que me gane jugando al ping pong, al ajedrez o las canicas, o que, en su defecto, ofrezca una férrea resistencia a la derrota.
Que se atreva a organizarme la vida, llevándome de aquí para allí o que, en su defecto, a todo diga que sí.
Que me canse o, que en su defecto, me haga apreciar el descanso en sus ausencias.
Que me obligue a bailar con los píes descalzos cada vez que suene la música o, en su defecto, siga mis pasos.
Que me ayude a cocinar o, en su defecto, me moleste mientras yo cocino, situándose entre mi delantal y el fuego.
Que me despierte temprano sacudiendo mi cuerpo contra el colchón o, en su defecto, abra sus ojos y su sonrisa a mi despertador.
Que me encorra alrededor de la mesa o, en su defecto, juegue a pillar en medio de la calle bajo la mirada censuradora de los viandantes.
Que decida que su lugar está junto a mi, o en su defecto, me convierta en el lugar donde siempre quiera volver.

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