miércoles, 14 de mayo de 2008

Tokio spring blues, de Haruki Murakami

Sin duda, abril es el peor mes para estar solo. En abril, a mi alrededor todo el mundo parecía feliz. La gente se quitaba los abrigos y charlaba en los rincones soleados, jugaba con la pelota, se enamoraba. Yo estaba completamente sólo. Naoko, Midori, Nagasawa: todos se habían alejado de mí. No tenía a quien decirle “Buenos días” u “Hola”. Incluso echaba de menos a “Tropa-de-asalto”. Pasé el mes de abril en esta triste soledad. Intenté hablar con Midori varias veces, pero la respuesta era siempre la misma: “Ahora no quiero hablar contigo”, y, por el tono de sus voz comprendía que lo decía en serio. (...)
Cuando terminó abril llego el mes de mayo; mayo fue mucho peor que abril. En mayo, en plena primavera, ya no pude evitar sentir como se estremecía y temblaba mi corazón. Solía ocurrirme al atardecer. En la pálida oscuridad, impregnada del suave aroma de las magnolias, mi corazón, sin previo aviso, empezaba a henchirse, a entremecerse, a temblar, atravesado por un pinchazo. En esos momentos, cerraba los ojos y apretaba los dientes con fuerza. Y e esperaba a que pasara. Poco a poco, este dolor se alejaba, dejando tras de si un dolor sordo.
Extraido de Tokio Blues de Haruki Murakami
Ilustración de Frédéric Boilet

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me lo acabo de terminar. Que buen libro, te copio el estracto para hablar de él en mi blog