sábado, 13 de noviembre de 2010

Cuentos de un Minuto, I

Minuto no se vanagloria de ser el mejor velocista de todos los tiempos. Sin esfuerzo corre, devorando los 60 segundos, mostrándoles siempre la espalda a Carl Lewis, Usain Bolt o al recordman de turno. Sabe que si quiere puede alcanzar la velocidad del sonido y cruzar la distancia en menos de un cerrar y abrir de ojos.
Pero a minuto, no siempre le gustan las prisas, sabe andar despacio, saboreando cada uno de sus pasos, como buen caminante, segundo a segundo.
A veces, minuto, se demora, se entretiene con cualquier cosa, e, incluso, se hace esperar y llega tarde. Se dilata insoportablemente, como en la sala de espera de los dentistas, o en las colas de las autopistas.
Entonces parece explicarnos que el tiempo tiene una escala geológica, para la que nosotros somos meras anécdotas.

No hay comentarios: