
Minuto se queda congelado, porque la preocupación le mata, y deja que la vida pase por encima de él, atado de manos por las prisas de responsabilidades que nunca supo como llegaron hasta él.
O se deja llevar y disfruta cada instante, con los ojos bien abiertos y alma agradecida, saboreando cada centésima de segundo, y sorbiéndose los dedos para extraer todo el jugo a su existencia.
Cada minuto elige como pasar el tiempo. Cada minuto cuenta, una historia diferente, de ésto que todos llamamos vida.
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