miércoles, 27 de febrero de 2008

¿Quién soy?

Cuando llegué a la nueva casa estaba vacía, sin muebles, sólo un colchón donde acostarme. Llamé a mi hermano, porque él siempre había creído que debía guardarme un tiempo para mirar en mi interior y encontrarme. Es el momento –le dije- ahora, en este lugar, no tengo donde esconderme. Si estoy aquí, más pronto o más tarde coincidiré conmigo. Pero la casa se fue llenando de muebles y otros cachivaches y, alrededor de éstos, polvo e innumerables recovecos y escondites. No pude hallarme. Al final pensé que la búsqueda de unomismo es en vano, porque más allá de la imagen que contemplamos en el espejo que nos ofrecen los otros, los que nos rodean, los que nos conocen, o hay muy poco, o es inaccesible, o no es. Nos gustaría creer que una vez desnudos de lo que los otros piensan que somos en función de nuestra profesión, complexión, familia, quehaceres o gustos, una vez pelados como un plátano, por fin hallaríamos nuestra verdadera esencia, nuestro yo interior, aquello que nos conforma y singulariza en lo que realmente somos. Pero, a pesar de nuestra necesidad de creer en la sacra importancia de nuestroyointerior, no hay nada más allá de la cáscara: Somos la monda. Pero, sobre todo, somos el cuento que de nosotros contamos y los cuentos que de nosotros cuentan. Somos verbo. Somos respuesta. Pero sobre todo somos reacción.
Ilustración: Aoshima

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