miércoles, 16 de julio de 2008

Creo que me caes bien

De improviso, un nuevo ataque masivo de besos bombardea mi ser. Su cuerpo chiquito se adhiere a mi piel. Sus dientes atenazan mi oreja. Entre dientes, me amenaza: “ahora no me puedo dormir, has visto como me has puesto”. Y sé que veré rayar el alba.
Juega a decirme que no. Finge, de este negocio, no saber nada. Se despista, me entretiene. Mas inocencia que malicia. Entre sus manos, me tiene. Sujeta mis muñecas, su movimiento, detiene. Me mira a los ojos, fijo. “Creo que me caes bien” grita mientras me cabalga. No esconde su alegría. Me sonrojo. Intento silenciar entre mis labios su alboroto. Los vecinos despiertan sobresaltados. Y no entiendo porque extraño mecanismo todavía aguanto. Me deleito extendiendo su temblores sobre el tiempo. Me abandono a su insomnio. Rindo al sueño mi cuerpo... Y ya muerto, son sacudidos mis despojos por una nueva ráfaga de besos que ametrallan mi ser. “No me dormiré” Miente, antes de cerrar los ojos.
Canta el despertador y casi me despierto. Reconozco su cuerpo adherido a mi piel. Entreabro los ojos. Cómo diantres metes tanta sonrisa en un cuerpo tan pequeño, me pregunto. Creo que me caes bien... pienso.

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